Huracán María: Una Lección de por Vida

Fotos: José Carlo Burgos / Leica Digilux 3
Al otro día del evento en el área de Guaynabo, Puerto Rico

Huracán María: Una Lección de por Vida

El Huracán María atravesó a Puerto Rico el pasado miércoles, 20 de septiembre de 2017, a partir de las 6:15 a.m. Vientos que sobrepasaron las 185 mph devastaron cada rincón de nuestra tierra, dejando a un pueblo sumido en su peor desastre desde 1928 con el Huracán San Felipe.

Semanas antes habíamos tenido a Irma sobre nosotros y fuimos seriamente afectados. Una semana después la amenaza de un evento devastador era inminente y créanme gente: no estábamos preparados... Poco a poco se acercaba y se fortalecía y en mi oficina, compañeros y colegas se acercaban a mi monitor para ver el informe del "Weather Channel" que no decía nada distinto a la trayectoria que llevaba.

Las informaciones y comparecencias del Gobernador con todo su equipo de trabajo se transmitían primero a las 5:00 a.m., luego a las 11:00 a.m. después a las 2:00 p.m., a las 5:00 p.m. y finalmente a las 11 de la noche cuando el avión caza huracanes entraba dentro de aquel monstruo para evidenciar la velocidad, el tamaño, la presión barométrica y su trayectoria. Iba directo a nosotros.

El martes tarde en la noche, cuando ya no había electricidad, mi hijo desde Washington nos hablaba a mí, a mi esposa y mis dos hijas, sentados nosotros en una escalera de la casa. Preocupado y atemorizado por nosotros, trataba de calmarnos y esperar lo mejor dentro de una cosa que jamás habíamos vivido.

El Huracán María entró a Puerto Rico a las 6:15 a.m. el 20 de septiembre de 2017 por el pueblo de Yabucoa como un huracán categoría cuatro(4) con vientos sostenidos de 155 mph y ráfagas de 185 mph y una presión mínima de 917 m. En la montaña y áreas cercanas a la costa se experimentaron vientos y ráfagas mucho más fuertes. Con más de 35 pulgadas de lluvia, pueblos y áreas alrededor de la isla resultaron incomunicadas. Vientos en zonas rurales destruyeron puentes, viviendas y estructuras de cemento.

Al día de hoy se desconocen cuántas fueron las víctimas pero informaciones extraoficiales estiman que fueron sobre más de 100 las personas muertas. En síntesis, el destrozo de este evento sobre la isla fue catastrófico, pueblos totalmente incomunicados, inundaciones récord en toda la isla por ejemplo Loiza, Canóvanas, Vega Baja y Toa Alta que quedaron atrapados y aislados donde mujeres, ancianos, niños; en fin familias completas en techos esperando a ser rescatados.

El resultado de años de ineficiencia por parte del gobierno se hicieron evidentes a la luz de este desastre:

1. Un sistema eléctrico que por años jamás se ha restaurado tomando en cuenta una infraestructura  decididamente obsoleta.

2. Una Autoridad de Tierras y Vivienda totalmente desmantelada por la política, la corrupción e ineptitud administrativa en donde el 60% o más de las estructuras residenciales no cumplen con los parámetros mínimos de localización y construcción.

3. Una Autoridad de Energía Eléctrica que le ha servido a los organizaciones sindicales y por su parte, el gobierno de turno ha manejado a gusto y gana la industria corporativa del gobierno más compleja. De forma tal que la corrupción, los beneficios extraordinarios y el manejo administrativo deficiente por décadas la han dejado en una quiebra moral, financiera e institucional.

4. Un País dependiente, con un gobierno electo sin aparente experiencia que le ha tocado manejar la peor devastación en su historia, con unos Jefes de Agencia y Alcaldes muchos de ellos corruptos e ineptos.

Y uno puede seguir y la lista es interminable. El pasado 15 de diciembre, luego de casi 90 días, llegó la energía eléctrica a mi residencia. Durante todo este periodo hemos estado recuperando el tiempo perdido y tratando de salir adelante y solucionar poco a poco los daños serios que sufrimos el pasado 20 de septiembre. Y cada día le damos gracias a Dios porque sobrevivimos esa pesadilla a pesar que muchos todavía hoy sufren y carecen de los servicios más básicos. Otros, desgraciadamente perdieron la vida durante el paso de este evento atmosférico. Y tanto mis hijas, mi esposa y Yo hemos estado sumamente consternados por ello.

Con esta experiencia aprendí a estar más alerta, a entender a mi patria y aceptar pero a ser una voz crítica con un sentido racional y crítico. Aprendí a no estar en negación, a enfrentarme y entender los designios de la naturaleza. Y eso es una lección aprendida que me dejó María...