Páginas

1/29/2018

El valor de la oración

De La Capilla Franciscana, Viejo San Juan, Puerto Rico / Foto: José Carlo Burgos: Fotoperiodista
A veces tenemos que hacer un alto. Detener ese ritmo acelerado que nos va consumiendo poco a poco y elevar la vista y mirar allá arriba...

Obviamente la parte económica nos quita el sueño o por lo menos a mí me pasa...

La salud y las emociones que se nutren de un diario y sus circunstancias...

las interacciones y los juegos mentales que se tiene continuamente con otros y las prolongadas horas de trabajo en oficinas, no dan el espacio para parar y pensar un poco. Pero debemos hacerlo.

Debemos buscar un momento, un silencio, cierta intimidad espiritual que nos ayude a pensar un poquito más allá. Y compartir nuestra esencia en aquello que creemos, en ese algo que no vemos pero nos protege.., a pesar que para algunos eso sea un cuento de hadas.

Pienso además que los pueblos nunca deben perder la Fé. La esperanza y el deseo de caminar un poquito más lejos. Lograr la libertad y aceptar quiénes son distintos sin mediar la injusticia o la desigualdad. Aunque suene utópico, el foco central de nuestras vidas se debe acercar cada vez a algo que nos mueva a ser mejores seres humanos para alcanzar la paz.

Y somos testigos de las atrocidades que aparecen día a día en las noticias, o circunstancias trágicas que se graban en segundos, que arropan las redes; se convierten en muestras virales de lo peor en el mundo. Cosas que jamás pensé, podían suceder. Y es mucho peor cuando se pueda pensar que eso es normal en un mundo como este. Y no, no es normal. Cualquiera  que ve cómo se matan los unos a los otros, se explotan en actos de terror o se meten a escuelas de niños y jóvenes o discotecas homosexuales y acribillan a media humanidad; jamás puede ser normal.

Y por eso, que la oración es tan importante. Es un momento sagrado en donde la conciencia le abre la puerta a nuestro espíritu para que humildemente, pueda dar gracias por las bendiciones y le pida ya sea al universo, o a "papa Dios", en fin, lo que usted crea; que aquellos que sufren lo peor de la vida, haya misericordia y piedad. Los que sufren torturas inimaginables en otras partes del mundo; que puedan liberarse, que se derrumben para siempre esos regímenes basados en el miedo y la crueldad y a los que roban, se lucran, amenazan o utilizan la debilidad de sus semejantes para lograr o ampararse en su propios beneficios, que al final haya justicia.

Que este jueves,  29 de marzo de 2018 nos sirva para poder meditar y entender que no estamos solos. Que hubo uno que sufrió los más brutales castigos y torturas por nosotros. Ahora, cuando en Puerto Rico se discuten temas tan trascendentales, pudiésemos de algún modo elevar una plegaria y dejar a un lado las cosas que nos separan de la bondad y la dignidad propia.







No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Un comentario desafortunado

    Para el comediante Tony Hinchcliffe, Puerto Rico es “literalmente una isla flotante de basura en medio del océano”. Estas expresiones se...