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9/21/2018

Una nominación que está por verse...

Foto: Lorie Shaull


La nominación a la silla del Tribunal Supremo de Estados Unidos trae indudablemente todo un precedente que se suma a las bases de otro tipo de moralidad.

27 años atrás, Anita Hill se colocaba en la silla caliente al acusar al nominado de aquella época Clarence Thomas.

Paralelamente como lo indican los medios nacionales, el candidato al máximo foro judicial, Brett Kavanaugh es objeto de la declaración de una mujer, Christine Blasey Ford quien asegura que fue asaltada sexualmente cuando tenía 15 años presuntamente por el nominado.

Este asunto ha desatado todo un debate nacional que ha salpicado hasta el propio Presidente, el cual defiende a capa y espada a su nominado.

Los abogados de Ford estuvieron reunidos ayer con los miembros de la comisión estableciendo los parámetros y las condiciones por las cuales ella declararía en las vistas que se siguen para la confirmación del imputado, Brett Kavanaugh.

Toda esta situación trae un cuestionamiento moral de quiénes despachan este asunto como una acusación sin fundamento, de algo que hacen todos los jovencitos y treinta y pico de años atrás era común en todos los jóvenes.

Pero se equivocan con dicha premisa: no todos los jóvenes son así.

El problema es que esta presidencia ha sentado las bases para otro tipo de moralidad. Basada en un modo de proceder cuyas normas son ajenas al respeto y la verdad. 

Lo hemos visto desde el inicio de su candidatura. El evidente menosprecio cuando utilizaba apodos al referirse a Crooked Hillary, Lying Ted y Little Marco. El ataque viral y sin mesura a Méjico, la familia Gold Star y el menoscabo al servicio militar de John McCain.

Ese estilo irrespetuoso se manifestó reiteradamente cuando atacó al Congresista John Lewis por no asistir a la inauguración de su presidencia.

Es un patrón repetitivo que forma parte de una naturaleza humana que propende a polarizar, excluir, burlarse y faltarle el respeto a los medios nacionales de prensa como lo ha hecho desde el momento que inició su Presidencia.

Debemos recordar la reunión en Casa Blanca, cuando el presidente cuestionó el hecho —¿porqué queremos a toda esta gente que provienen de estos países de mierda? (Why do we want all these people from shithole countries?)

Una referencia directa al rechazo de la inmigración específicamente de lugares como San Salvador, Haití y África. Sumado a ese intento sin precedentes de matar cualquier acuerdo bipartita para mantener vivo el programa: Deferred Action and Childhood Arrivals (DACA) por sus siglas en inglés.

El hombre ancla de CNN y corresponsal de 60 Minutes, Anderson Cooper le contestó a Donald Trump en un monólogo editorial en su programa de televisión y entrevistas "Anderson Cooper 360º" en donde se hizo eco de la indignación pública e internacional sobre esas expresiones en aquel momento:
—El presidente de Estados Unidos está harto que tantos negros entren a nuestro país. Cansado que se acepten como hasta ahora a inmigrantes de Haití y África basándose el comentarista en un reportaje del Washington Post.
—Cansado que haitianos y africanos penetren nuestro territorio a la vez que le gustaría ver o traer más gente de países nórdicos como por ejemplo Noruega. Noruega.., un lugar cuya población es en su inmensa mayoría blanca. Blanca en otras palabras", agregó Cooper.
Para él expresar que los países africanos son antros de mierda—shitholes— es lamentable. Pero si así de alarmante son esos sentimientos cuando usted los analiza, no son expresiones nuevas. 

Refiriéndose Cooper a un reportaje reciente en el New York Times donde se le cita a Trump indicando y acusando a los haitianos de tener SIDA y enfatizando que los inmigrantes nigerianos jamás regresaran a sus refugios una vez pisen suelo americano.
—No nos engañemos, no le demos más vueltas, el sentimiento expresado hoy por el presidente no es racial ni está cargado radicalmente; es RACISTA", decía Cooper en su aparición en televisión. 
Sin añadir que esta presidencia tiene en sus manos el futuro de las relaciones exteriores con países como Korea del Norte cuya chispa se enciende y se apaga cada minuto.

Y no hablemos del calentamiento global, Rusia y su intervención ilegal en las elecciones pasadas junto con los aranceles a China que se pretende imponer.

Mientras, una mafia cabildera como Manafort, Roger Stone, Michael Cohen y Bannon desarrollaron una campaña plagada de irregularidades, con visos de un llamado radical y racista a una población norteamericana y herida por el gobierno federal.

Una persecución que continúa para destruir proyectos críticos como Plan Parenthood, revocar el plan de salud y una respuesta fiscal que se acomoda a los grupos acaudalados que son a los cuáles él pertenece.

La nominación de Brett Kavanaugh es el próximo paso para comenzar a tener el control total para legitimar procesos que no hemos visto todavía. 

Esta nominación a pesar de estar en un punto crítico, de ser verificadas las imputaciones de la Sra. Ford, le salpicará el lodo al presidente pero se sacudirá como siempre lo hace…

Pero esta vez, que le salga bien es otra cosa…

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