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9/22/2018

A veces el pasado te atrapa porque no se puede esconder la verdad

Foto: Charles Edward Miller

Imaginen por un instante que un individuo, en intermedia, borracho con otros jóvenes, obliga a una de las jóvenes a entrar a una habitación con uno de sus amigos.

Intenta quitarle el traje de baño y cuando ella trata de gritar, le tapa la boca para callarla. Ella temió por su vida y a pesar que no la violó al final la perjudicada pudo zafarse y escapar. 

Eso fue en 1982.

Con el paso del tiempo, el joven se convirtió en Juez Federal. Se casó, tuvo familia y prospectivamente se convirtió en hombre de comunidad. Había sido entrenador de un equipo de baloncesto de mujeres, había contratado mujeres como secretarias y finalmente había expresado que su madre seguía siendo su modelo de vida.

Como sucede en la vida, que nada está escrito, fue nominado para ocupar una vacante en el máximo foro judicial de Estados Unidos.

En su primera comparecencia durante las vistas de confirmación, pensaba que todos esos detalles expresados con anterioridad lo colocarían a un paso de convertirse en Juez del Tribunal Supremo.

No había ni una pajita que le cayera a la leche. 

Pero la ironía de la vida es incierta. 

Una mujer de 51 años, una vez conoció que en el listado de las nominaciones al Tribunal Supremo para ocupar una vacante estaba un nombre que jamás había podido olvidar, decidió dar un paso al frente y expresar lo que vivió en aquel instante.

El nombre del joven era Brett Kavanaugh. El mismo que trató infructuosamente de quitarle a la brava el traje de baño.

Establecida en Silicon, Valley en 1990, Christine Blasey Ford se había convertido en Profesora Universitaria, se había casado y tenía dos hijos.

Según la revista Times, meses después de haber contactado anónimamente los oficiales electos del Estado, decidió hacer pública su declaración expresándole al Washington Post que Kavanaugh la había sujetado a una cama durante una fiesta a principios de los 80’s y que trató de quitarle la ropa. 

Expresó en su declaración que había tratado de gritar pero el colocó su mano en su boca por lo cual dijo que temía por su vida. Ella tenía 15 años y él 17.
—Categóricamente e inequívocamente rechazo esta imputación, expresó Brett Kavanaugh a través de un comunicado a la Casa Blanca.
Mientras que el Presidente norteamericano, Donald Trump dijo refiriéndose a Kavanaugh que era un hombre increíble, con un intelecto impresionante y que sería un Juez increíble para la justicia en el Tribunal Supremo.

Así las cosas, una mujer que fue víctima de asalto sexual 36 años antes destapó un avispero que aun hoy no se ha disipado.

Ante los argumentos que expresan que ella no tiene ningún derecho luego de tanto tiempo, que ¿dónde están las segundas oportunidades? y algunos que han dicho pero si es que no la violó, como si de pronto fuese una falta sin importancia, podría argumentar que no importa la edad, un delito de este tipo no prescribe o en todo caso jamás se olvida. 

Sí, Yo creo en segundas oportunidades, el problema es que no todas las preguntas están contestadas. Si en efecto el testimonio de ella es correcto, me pregunto si le hubiera quitado el trajo de baño como lo intentó, bebido como estaba; ¿la hubiera violado?

Si en vez de haber sido esta persona, fuese tu hija, tu hermana o vecina, ¿lo dejarías pasar?

Ciertamente, con el tiempo; que sepamos y según se desprende en las vistas de confirmación a través de quiénes lo apoyan expresan que el imputado es un ejemplo comunitario y social.

Eso es algo que está por verse.

Pero al final, el hecho de que salga bien o mal de estas imputaciones, no implica que estas circunstancias constituyen la única vara para medir el carácter de un aspirante al Tribunal Supremo.

La falta de documentación, opiniones y expresiones en distintas comparecencias donde ese espíritu conservador del nominado ha evidenciado la intención de revocar, cuestionar y apoyar una presidencia que pretende legitimar procesos que para una inmensa mayoría de ciudadanos implica un atentado a la vida y la diversidad no tan solo es peligroso; es inaudito.

Sus decisiones junto a los demás miembros van a determinar el curso social y político de aquí en adelante. 

Sus respuestas insatisfactorias a preguntas de la senadora Kamala Harris dejan mucho que desear y proponen serias dudas cuando se vean afectados los derechos de minorías o personas que forman parte de la minorías o de otro modo pertenezcan al plano migratorio que este gobierno republicano pretende atender con mano dura.

Obviamente las próximas semanas serán cruciales para el GOP y el Partido Demócrata y las declaraciones o testimonios que se den bajo estas circunstancias habrán de transformar el escenario político en medio de unos cuestionamientos donde la moral de un candidato al máximo foro judicial está en juego.

Sin dejar a un lado que próximamente se avecinan unas elecciones decisivas que muy bien pueden cambiar el curso y el escenario político como lo conocemos en la actualidad.

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