Trágico y desgarrador…

Accidente de tránsito en motora, Kendal, Manchester. Joshua Kimberly, Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International License

Recientemente estuve junto a mi esposa visitando una funeraria en Bayamón para dar nuestro más sentido pésame a un ex compañero, el cual perdió a su hijo mayor en una accidente en motora en Orlando.

Es extremadamente difícil encontrar palabras de consuelo cuando la tragedia toca las puertas de otros seres humanos.

Poco a poco las encontramos pero dentro de esa búsqueda, nuestro espíritu se sobrecoge y se estremece; es un dolor demasiado fuerte…

Nos contaba él que en realidad no sabía cómo ocurrió el accidente y fue más duro, puesto que el cuerpo se tuvo que trasladar a Puerto Rico para los arreglos fúnebres.

Con todo y con eso, luego de varios días pensaba en este tipo de accidentes. Me recordaba semanas atrás cuando en un cruce, esperando el cambio de un semáforo, frente a la Avenida Martínez Nadal, un joven me cruzó en una motora sumamente rápido.

Me quedé observándolo, la luz estaba roja todavía.

Para sorpresa mía; perdió el control. Trató de esquivar un vehículo y al hacerlo, se trepó por un especie de talud que estaba en área del paseo y chocó con la valla de cemento .

Vi como si fuese en cámara lenta, su cuerpo voló alrededor de 20 pies de altura hasta que cayó en la brea de la mencionada vía de rodaje.

Me quedé petrificado. Gracias a Dios pudo levantarse, casi sin poder ponerse de pie; con la ayuda de otros ciudadanos que se bajaron de sus vehículos a socorrerlo.

He sido testigo además, de jóvenes paseándose en motoras con niños sentados en sus faldas en mi calle. Lo cual es insensible e irresponsable. Sin casco protector ambos y acelerando el motor cómo si el mundo se fuera a detener para ellos correr en sus aparatos.

Según la data más reciente suministrada por la Policía de Puerto Rico para la Comisión de Seguridad en el Tránsito, en Puerto Rico, hasta el 2 de agosto de 2018 han muerto 20 seres humanos como consecuencia de accidentes en motoras.

Según el Insurance Institute for Highway Safety (IHS por sus siglas in ingles), las motoras son menos estables y menos visibles que un vehículo de motor y muchas veces tienen accesorios cuya potencia y capacidad es mucho mayor a la de un automóvil.

Cuando un motociclista tiene un accidente, no posee los instrumentos de seguridad que tiene un conductor en un vehículo el cual es un ambiente cerrado, por lo que en momentos de un choque, las heridas de un motociclista generalmente son mucho más graves e incluso; mortales. 

El Gobierno federal estima que por cada milla recorrida en 2015, el número de muertes asociadas en motocicletas es casi 29 veces más que el número de automóviles.

Es interesante destacar que debido a lesiones graves en la cabeza, que es común entre los motociclistas fatalmente heridos, el uso del casco no es importante.: es indispensable. 

Los cascos son aproximadamente 37% efectivos para prevenir las muertes en motocicletas y alrededor del 67% son eficientes a la hora de prevenir lesiones cerebrales. 

Sin embargo, sólo 19 Estados incluyendo el distrito de Columbia es mandatorio el uso del casco protector para motociclistas.

En la funeraria, con su caja abierta, podíamos observar las señales de las heridas sufridas, disimuladas a través del proceso de embalsamamiento. Pero aun así, eran visibles.

Muy desgarradoras…

Para concluir, aun cuando no soy experto en este campo, lo cierto es que un vehículo es una responsabilidad. Se debe utilizar con medida y precaución. No hacerlo constituye un arma en la carretera.

Cada accesorio de seguridad está diseñado para proteger al conductor. Debería además, ser penable por Ley estar utilizando como pasajeros, niños menores de edad, sin ninguna medida de seguridad o salvaguarda. 

Arriesgar la vida de los niños de esa forma es impensable y atroz.

Máxime acá en Puerto Rico, donde al día de hoy, no todos los semáforos están funcionando lo cual aumenta el riesgo potencial de un accidente.