A pesar que el Presidente de Estados Unidos diga lo contrario
"Killing Hate" |
Este tema aunque lo hemos tocado anteriormente, el acercamiento del Editor es preciso y detallado. Es evidente y arroja luz a todos aquellos que al día de hoy ponderan el carácter de este Presidente.
Dice el Editor Mark Follman de MotherJones que cuatro días después en que una bomba casera estallara en un ventana de una Mezquita en Bloomington, Minnesota el 17 de agosto de 2017, el ayudante del presidente en materia de Seguridad Nacional, Sebastian Gorka sugirió que pretender adjudicar este atentado a los sectores blancos era parte de esas noticias falsas relacionadas a crímenes de odio; — es algo constante..., oh!, es culpa del hombre blanco, sí de los supremacistas..., ese es el problema; No! No lo es” añadió cínicamente.
Siete meses después de esas aseveraciones, las mismas probaron ser incorrectas cuando los Fiscales a cargo del caso, acusaron formalmente a tres individuos por dicho atentado. Todos blancos. Los tres. Miembros de un grupo denominado: “White Rabbit 3 Percent Illinois Patriot Freedom Fighters”.
Con el firme propósito de ahuyentar y sacar fuera del territorio norteamericano a estos Musulmanes utilizando un estribillo como slogan: “No son bienvenidos aquí, váyanse pa’l carajo de aquí”, estos tres individuos de raza blanca fueron acusados además por imputaciones relacionadas a intentos fallidos con bombas en un proveedor en Illinois relacionado al aborto.
Cuatro meses antes del ataque a la Mezquita, el cabecilla de este grupo, un contratista de 47 años de nombre Michael Hari, sometió una propuesta para ayudar a construir y levantar el famoso muro de Trump. Su compañía expresó que era cultural y significativamente importante un diseño estructural que “protegiera nuestro estilo de vida”, defendiendo a capa y espada la herencia “Anglo-sajona del hemisferio occidental así como el Inglés como el idioma principal y predominante.
Cabe destacar y de la misma manera que lo hemos hecho en varios artículos relacionados con el tema, que el autor y editor de la revista expresa que Estados Unidos ha presenciado y experimentado una ola de eventos violentos a partir de las elecciones de 2016.
De hecho, tan solo 6 días después del estallido en la Mezquita en Minnesota, supremacistas blancos se reunieron y marcharon con antorchas en Charlottesville, Virginia en donde un simpatizante de extrema derecha estrelló su auto para después escapar contra un grupo en contra de esa demostración racista, matando a un manifestante e hiriendo a otros 20.
El Presidente de Estados Unidos expresó en aquel momento que la prensa había tratado injustamente a los que marcharon refiriéndose a algunos de ellos como “muy buenas personas”.
Este tipo de filosofía resulta en un andamiaje político peligroso ya que aunque esta gente tiene todo el historial y los precedentes de violencia se sienten con todo el derecho de cometer estos actos delictivos.
Un mes después, el Congreso de Estados Unidos pasó una resolución conjunta “urgiéndole al Presidente y a su Gabinete que utilizara todos los recursos a su alcance para manejar las amenazas de ese supuesto intento de predominio racial de “Nacionalistas Blancos, Supremacistas Blancos, el Klux Klux Klan, neo-Nazis al igual que otros grupos de odio.
Trump firmó la medida callado y con cautela. Ese mismo día “tuiteó” en más de 11 ocasiones sin decir nada pero sobre la misma resolución. Dos meses después, el propio Presidente re-tuiteó unos vídeos visualmente gráficos y anti-Musulmanes colocados en las redes por grupos de odio de la extrema derecha—continuando así el patrón de conducta que les ha dado rienda suelta a estos grupos de derecha.
Ataques terroristas en suelo norteamericano siempre han estado atados a motivaciones políticas. Desde los estallidos de bombas en el Edificio Federal en la Ciudad de Oklahoma, como las Olimpiadas en Atlanta en 1990’s incluyendo en esta década, el ataque en el Maratón de Boston y los ataques a mansalva y masivos en San Bernardino, California y Charleston de Carolina del Sur.
El año pasado solamente estos ataques motivados políticamente incluyeron tiroteos masivos cuyos objetivos fueron miembros del Congreso en un campo de béisbol y un ataque mortal de un camión por un islamita radical en un paseo para bicicletoas o motoras en la Ciudad de Nueva York.
MotherJones a través de su editor, Mark Follman describe además que numerosos episodios recientes han demostrado que el incremento de ese extremismo en las redes unido al fanatismo hacia Trump han creado el combustible perfecto para el incremento de esta filosofía racial.
De lo que se desprende en investigaciones realizadas por MotherJones desde el 12 de Octubre de 2016, ha habido al menos dos atentados por bombas y 15 ataques violentos registrados y muertes a través de la Nación cometidos por gente que se han expresado directamente como racistas, xenofóbicos, anti-Semitas, extremistas de derecha en contra de la visión federal del gobierno, dejando a su paso un rastro de al menos 21 personas muertas y otras 27 heridas.
De esos 15 ataques violentos, cinco de ellos desde Charlottesville han sido investigados y encausados por las autoridades locales y federales.
Desde las elecciones presidenciales en 2016, supremacistas blancos han cometido actos de violencia contra grupos de protestas alrededor de la nación y en algunos casos lo han hecho sin consecuencia legal alguna.
Claramente podemos inferir que toda esta retórica racista que vino a través de la campaña presidencial y que continúa latente en la administración de Trump, ha empoderado grupos de supremacía blanca y otros de extrema derecha, saliendo a la luz pública, según expresó Michael German, quien estuvo infiltrado en grupos racistas paramilitares y neo-Nazis como agente del FBI.
Así las cosas, la administración del presidente de Estados Unidos junto con un discurso político extremadamente peligroso le ha dado en apariencia terreno fértil para que todos estos grupos cuya filosofía es el odio racial incrementen su violencia ante un estado de derecho que aunque no los defiende no hace nada o muy poco para detenerlos.
Basado en un editorial de Mark Follman, “Trump Says White Supremacist Terror is Fake News. These Chilling Cases Prove Otherwise”, publicado en la reconocida revista MotherJones, un periodismo de primera y valiente, fundado en 1976.
WASHINGTON, D.C., August 12, 2018, Thousands of counter-protesters took to the parks and streets of Washington, D.C. in response to a planned “Unite the Right 2” rally of white nationalists on the one-year anniversary of deadly violence in Charlottesville, VA. The 2018 edition of the racially charged “right wing” event proved to be a failure for organizers as less than 20 individuals made an appearance in front of the White House rally site, and appeared to make a hasty departure despite police escort and protection. The energized counter-protesters, better organized and with an exponentially larger presence, at times vocalized anti-fascist and anti-racist sentiments, but was mostly contained by a large police presence. During the 1917 Unite the Right rally in Charlottesville, one counter-protester, Heather Heyer, was killed by a neo-Nazi and two Virginia state troopers died in a helicopter accident.
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