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8/22/2018

Ciertas estrategias que son parte de mi vida

Foto: Jack Chem / https://www.semtrio.com/

En mi experiencia de trabajo, he tratado de desarrollar ciertas estrategias.

Igual que un juego de Ajedrez, aprender en cada momento a manejar el tablero y mover las fichas.

Soy como cualquier ser humano que trabaja como lo hacen miles de personas.

Pero con el paso de los años, a pesar que hay cosas que no están escritas, ser estratégico funciona para actuar y tomar decisiones en momentos dados.

Y digo estrategia como un modo de visualización. De ver un panorama completo antes de decidir.

Comprender que pesan más las soluciones que los problemas. Lo cual siempre nos va ayudar a ser de algún modo competentes.

Son estrategias simples, no son infalibles, pero son decididamente unas herramientas claves que me han ayudado a seguir adelante.

El trabajo es una convivencia. Un lugar donde no somos únicos. Donde nada nos pertenece, ni tan siquiera la posición.

Trato siempre como diría mi esposa: llevar la fiesta en paz.

No impide que hayan discrepancias. Siempre van a existir. Eso es parte del juego. Ahora, discrepar con fundamentos y con conocimiento de causa es importante.

Como todo siempre van a haber caracteres. De todo. Debemos tener claro cuál es nuestra posición. Debemos además, saber en nuestro interior quién es quién.

Sin entrar en aspectos personales, sabremos identificar a cada uno. Y como dicen en la religión: en la viña del Señor, hay de todo. En ese sentido, protegerse es vital, pero más importante es dar el espacio. Pero ese espacio no se da de gratis. Se gana.

Uno los ve diariamente, hipócritas, chismosos, “carga rabos”, pedantes y arrogantes en fin.., uno se queda petrificado y sin aliento con cada comentario.

Otro punto importante y que pasa desapercibido, es que cuando crecía en el mundo laboral, toda la instrumentación digital y de redes no existía.

Cada día que pasa me doy cuenta del poder de aislación que tienen todos estos artefactos poderosos entre un ser humano y otro.

Lo cierto es que no los podemos descartar. Forman parte integral de nuestras vidas. Ya sea personal o profesional, son esenciales.

En lo profesional no importa todo ese acomodo interactivo, el valor que representa un empleado es indiscutible.

Su ejecución se traduce en una reacción en cadena. Un eslabón que tiene consecuencias.

Es importante destacar también que no todos los ambientes laborales son buenos.

Pero el simple hecho de estar dentro de un grupo, ser parte de algo que se construye y a la larga, tiene resultados buenos es muy alentador.

No importa el oficio. Cada uno es esencial. Tan importante es el que limpia como el que dirige. Cuando valoras a cada uno, llega el momento que ni tan siquiera tienes que pedir las cosas.

La experiencia a veces te trae al pasado. Puntos en la vida donde el comienzo fue un tanto rudo.

Recuerdo cuando un familiar nos llevaba cuando niños a trabajar a una finca. Siendo el familiar Agrimensor, medía para separar los cuadrantes y segmentarlos en metros para poder vender el terreno.

A mí me tocaba cargar el instrumento. Era el equipo más pesado. Era como una mira atada a un trípode muy pesado.

Por aquellos montes, en un momento resbalé. Mi única preocupación era que no se jodiera el instrumento. De manera que siempre lo tuve encima de mi pecho, cosa que cuando caí, que me fui de espaldas, el mismo instrumento rebotó precisamente con mi pecho y no le pasó absolutamente nada.

Cuando el familiar se asomó, me insultó y me dijo cosas que no puedo repetir aquí.

Yo simplemente me sonreí. Jamás volví a ayudarlo después de ese incidente, aunque muchos veces llamó a mi mamá para que fuera, que no había ningún problema.

Nunca accedí.

Pero que si en algún momento me tocaba supervisar a alguien: jamás sería como él.

Y lo traduje en algo positivo. Un momento que aunque fuerte, me dejaba ver exactamente cómo no quería ser.

Y es así. Se aprende irónicamente: de las peores experiencias las mejores enseñanzas.

En la publicidad, cuando entré de lleno a una Agencia, era otro mundo. Otro universo. Muy fuerte.

Había comenzado como principiante. Como tal, sabía lo que me iba a tocar.

Éramos más de siete en aquel departamento. Nuestra supervisora era una señora grande y cubana.

Cualquier cosa te gritaba. No eran regaños. Eran gritos. No lo soportaba.  Pero trataba día a día de hacer mi trabajo independientemente de ella.

Nadie se atrevía a decir nada. Pero un día, de esos que te levantas del otro lado, en la mañana cuando estaba terminando de corregir un arte, se detuvo cerca de mí.

Podía sentir su respiración. Me arrebató lo que tenía en las manos y comenzó a gritarme frente a todos.

Me puse de pie y le dije que no volviera jamás a levantarme la voz o a gritarme. Que no lo toleraba, que a nadie le gustaba, que hiciera lo que tenía que hacer y tiré las cosas… y me salí a fumarme un cigarrillo.

Mis amigos y mis amigas en el departamento me relataron que se quedó tiesa. Se encerró en su oficina y salió de pronto.

Luego vino con entremeses y cosas de repostería. Los puso en el centro de una mesa en el departamento. Nadie de nosotros los probó.

Hay momentos en que a pesar que no nos damos cuenta, descubrimos ante los demás el abuso. Y descubrimos que en ciertas circunstancias, nuestra potencial y nuestra estima no deba estar sujeta al menosprecio; quien quiera que sea.

Para resumir he decidido compartir algunas estrategias y modos que me han ayudado. Tal vez puedan ayudarles a ustedes…

Siempre vaya con La Verdad. No disfrace los acontecimientos ni las circunstancias. Cometemos errores, somos humanos y no somos perfectos. No se trata de dar excusas. Es ser específico. Ir al grano, pero siempre con soluciones.

Rechazar el chisme. Créanme es lo mejor. Escuchar no es sinónimo de ser chismoso pero en el momento que aceptas o atiendes que hablen de cualquiera, lo van hacer de ti.

Tener Competencia y No Quejarse. Es dejarse sentir positivamente y darse valor. Aprovechar el tiempo, cada minuto cuenta, cada minuto es importante.

Aprender a decir que NO. Tentaciones van a venir. Cosas que nunca estuvieron planificadas te van a llegar de la manera más inesperada. Te van a pedir favores insensatos dentro de la empresa. Hay momentos que hay que decir que No. Cueste lo que tenga que costar. Si tenemos la verdad de nuestro lado. Prevalecemos. Utilizar las redes y el internet responsablemente.

Jamás utilizar los medios sociales para hablar de la empresa o colocarla en entredicho. NUNCA. Si usted tiene algún problema o situación para la empresa en que trabaja, hágalo de frente, sin mancillar la reputación de ella en espacios digitales.

Hay muchas más que no están escritas en ningún sitio. Pero algunas se aprenden individualmente, cometiendo errores y saliendo a flote.

Las empresas tienen una razón de ser, una filosofía, una misión de ejecución, trato y metas. Por que si una lo acepta procure siempre ser ejemplo no tan solo para los demás, sino para usted mismo. 

2 comentarios:

  1. Soy de las que comparte tu filosofía. Me ha gustado.

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    1. Que bueno escuchar de ti nuevamente! Te agradezco mucho tu apoyo y tu comentario! Saludos.

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