¿Hasta cuando...?
Se crían en universos distintos a la gente normal. Se desarrollan aprendiendo a contaminar el ambiente social de la vida en común con esa ideario racial en contra de judíos, negros, latinos, hispanos y Dios sabe cuantos más. Y claro; a eso se les une ese ingrediente presidencial que les ha dado vuelo, les ha dado voz en una sociedad dividida y donde una inmensa mayoría aborrece esos estilos y esa filosofía.
Y créanme, es algo realmente alarmante. Es una sociedad que glorifica las armas. De hecho uno de los patrocinadores principales de la campaña del hoy Presidente fue "The American Rifle Association". Una cultura donde las armas de fuego no son un pasatiempo, juegan un papel vital en la sociedad en común norteamericana. Y eso es tan solo un preludio de un colectivo que descansa y sobrevive su paz a base de violencia.
Si mirámos atrás, cuatro presidentes fueron muertos a consecuencia de asesinos, cuyos vínculos antisociales, psicológicos, lobos solitarios o individuos asediados por la supuesta injusticia gubernamental, asesinaron a 4 presidentes y atentaron contra 4 más. Abraham Lincoln, muerto de un tiro en la cabeza. James Garfield, luego de múltiples disparos murió a consecuencia de las heridas. William McKinley, muerto a manos de un anarquista y por supuesto; John F. Kennedy, quien ya sea por conspiración o por Lee Harvey Oswald, murió asesinado.
En menos de una década, Richard Nixon, Gerald Ford, Carter y Reagan recibieron parte de ese embrujo violento siendo objetos de atentados contra su vida. Todos ellos sobrevivieron. Y eso sin hablar de Robert "Bobby Kennedy, asesinado, Martin Luther King, asesinado, Medgar Evers, asesinado. Sin mencionar los miles que fueron muertos y torturados en áreas en donde la justicia y el poder estaba en manos de la supremacía blanca.
El ataque perpetrado por grupos terroristas a las Torres Gemelas, Banghazi, San Bernardino California y otros dejaron a esa misma nación dividida, culturalmente matizada por la violencia en un estado de guerra en el medio oriente que hasta el día de hoy no termina. Dejó esa llama nacional ignorante en donde se ha generalizado ante grupos de odio un síntoma de rechazo y agresión a grupos que supuestamente son minoritarios y que llegaron a la nación para rehacer sus vidas.
Para terminar, ahora en medio de esa profundidad de problemas raciales, Estados Unidos se enfrenta a un enemigo que no ve. Que no sabe dónde está. Los intuye y a veces los atrapa, pero en realidad, en la mayoría de los casos; es demasiado tarde. Un enemigo invisible que ha crecido en medio de todo ese mar de equivocaciones e ignorancia. Y vacían su angustia y su mala leche en otros que luchan por la justicia o trabajan buscando su bienestar. Grupos como los "ciudadanos soberanos" quiénes no creen en la justicia federal, no radican contribuciones, no andan con licencia de conducir y mucho menos tienen seguro social, viven y se desarrollan al margen de la Ley pero dentro de ese mismo espectro social que para ellos es injusto. En la lista del FBI, este grupo tiene al menos 300 mil miembros que se sepa.
Grupos clandestinos o que se han destapado en una ola de protesta demencial como en Charlottesville en donde un civil resultó muerto a consecuencia de un auto que se balanceó sobre quiénes estaban en contra de esa ola racial, se han hecho públicos gracias a cadenas de noticias que transmitieron el terrorismo en vivo y en directo.
Y todo esto tiene un punto culminante cuando en los pasados días, a consecuencia de un disparo mientras corría bicicleta, el activista de "Black Live Matter" Muhiyidin Moye resultó muerto. Y ojalá que no, pero esto va a seguir ocurriendo hasta que estos grupos finalmente comprendan y acepten la diversidad y puedan vivir en común, dejando atrás la ignorancia que se hierve en canales clandestinos donde no existe la humanidad y el espíritu de paz que debe tener toda Nación que se jacta de su grandeza.
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