Introspección
Dibujo en tinta / 1983 / "Deterioro y Crueldad" 1983: José Carlo Burgos |
Ayer,
cuando observaba todo ese cúmulo de información mediática sobre la masacre en
Florida, intentaba suavizar mi espíritu... Mantenerme dentro de la seriedad que
precede los momentos más aterradores, pero ese sentimiento de artista que se apodera
del alma y nos cubre en circunstancias de extrema dificultad no podía
contenerse. Y lloraba como un niño.
Y
comencé un proceso de introspección personal.
Ciertamente
vivo y vivimos muchos artistas momentos muy difíciles. Vemos como se descompone
una sociedad basada en la riqueza y la acumulación de capital. Testigos de un
universo religioso plagado de falsos profetas y metidos de pies a cabeza en un
antro político donde uno de los principales exponentes es una persona cuyo
narcisismo y presunción racial que ha roto todo los parámetros de la vida en común.
Lo
que sucedió el pasado miércoles en Florida solo tiene comparación con lo
sucedido en Newtown, Connecticut. Y tal vez tan solo puede compararse con actos
similares a crímenes de guerra y las atrocidades humanas cuando los individuos
se transforman en algo que no podemos comprender.
Para
los jóvenes que sobrevivieron, nada se compara a la incertidumbre letal de
estar a la expectativa en un salón de clases y participar de simulacros en caso
que llegue un matador dentro de las sombras y los pasillos sin ser visto. Y eso
es otra cosa. Como artista, en algún momento, me lo sacaré del sistema,
posiblemente con un dibujo o una pintura. Ya veremos.., como dicen.
Y
uno puede entrar en la política, como lo he hecho muchas veces y criticar la
presidencia y sacudir el fluido negativo que oscurece el alma cuando pasan esas
cosas; pero de pronto, aparecen una y otra vez las imágenes y los rostros de
esos niños jóvenes, cuyos vidas en segundos cambió para siempre.
Y
en esos precisos momentos, cuando trato de intuir y razonar, pienso en los escritos de Ernesto Sábato cuando expresaba que solo el arte puede
descubrir y desenmascarar ese terror. Exponer a simple vista su visión aunque para el expectador sea desgarrador. Tener un punto de partida. Tocar base con seres humanos cuya sensibilidad pudieran explicarnos sin palabras, que lo sucedido tiene una explicación.
Y por eso me
vino a la mente la obra "Guernica" de Picasso y el estruendo de sus formas
cuyos gritos durante la Guerra Civil española quedarían grabados para siempre.
Y es esa misma sensación. que sentí al ver las noticias observando una crueldad que no tiene respuesta.
Pensé profundamente en la obra de Edvard Munch: "La Danza de la Vida" tratando de entender cómo la apariencia de estar vivo es normal y al representarlo como un baile, se esconde la verdad, la que es el destino de un curso
mortífero y mortal que se desarrolla con seres que en tan solo y para las apariencias viven realmente. En el caso de lo que sucedió ayer en Florida, esa obra constituye un paralelo en donde el baile, la danza implica el flujo normal social en las escuelas
norteamericanas y siguen los pasos, mueven sus cuerpos mientras saben que en
algún instante pasará lo peor. Y ojalá que no fuese así, pero parece una analogía.
Pensé
en la rabia, el dolor y el rencor que sobreviene cuando actos de
una inhumanidad sin paralelo se apoderan de las pantallas digitales de la televisión. De manera que llegó de repente la obra de Francis Bacon de
1954, "Figure with meat", basada en unos estudios sobre Velázquez,
utilizando la representación del Papa ante un escenario cruel y despiadado. En esta representación, el matador se está sonriendo con ese
cinismo mortífero que adoptan los psicópatas cuando cuelgan los cuerpos de su
víctimas como si fuesen trofeos, mientras se sonríen y se burlan de la
fragilidad y el desconcierto humano.
Pensé
además en la obra de Giorgio de Chirico en 1914, "The Melancholy of
Departure" y trajo consigo el abismo solitario que nos deja la muerte. Cuando
la juventud desaparece de la manera más vil, el entorno se queda vacío y dentro
de él y a lo lejos se puede divisar unas pequeñas sombras
que equivalen al espíritu del asesino aislado dentro de un abismo urbano luego de dejar a su paso un ambiente totalmente desolado.
Por
último, me vino a mi conciencia un dibujo mío de los años universitarios. No
porque pretenda compararme a grandes maestros o pensar que mi obra es una leyenda.
Nada que ver. "Deterioro y Crueldad", tal vez en aquel momento no la
comprendía, pero hoy realmente, tiene otro sentido. Otra explicación. Una
máscara que se ve y la otra que se esconde dejando al descubierto ese
desconcierto de ira que evocan las peores sensaciones del ser, que cuando se
materializan crean circunstancias de intensa crueldad y pura maldad.
Como
artista, al pensar en esos trabajos, pude comprender que nuestro destino no ha
concluido. No ha terminado. Nuestra responsabilidad para la representación no
termina aquí. Tenemos que ser fuertes y fortalecer nuestros sentidos para que
nuestra obra además de una manifestación del alma, sea una advertencia, una
denuncia o tal vez el espejo de una sociedad que en algún punto de su
existencia debe cambiar su rumbo y atajar la maldad desde su raíz y obligar a
los estados que componen todo un sistema de gobierno a no taparse los ojos y mirar hacia el otro lado; por el contrario, actuar con valentía.
Como
artistas somos como un Faro, que ilumina el camino muchas veces dentro de la
oscuridad, probablemente con el intento de advertir sobre una condición humana
que en algunos individuos está latente y sobre la cual se tiene que actuar.
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