Luego de caer en desgracia como abogado, Frank Galvin interpretado por Paul Newman recibe una segunda oportunidad en su vida. Una mujer ha quedado en coma luego de haberle administrado la anestesia en un hospital. Pero en este caso el lugar en que se dan los hechos le pertenece al Arzobispado de Boston llamado el Hospital de Santa Catalina.
El Monseñor Brophy (Ed Binns) en este caso judicial intenta realizar un acuerdo económico extrajudicial de $210.000 mil dólares para evitar el juicio y concluir el asunto y cerrar ese capítulo. A pesar que los familiares hubiesen aceptado dicha oferta al igual que su amigo y colaborador Mickey Morrisey (Jack Warden), Galvin se opuso a sabiendas que dentro de su vida oscurecida por el alcohol y el desprestigio personal y profesional, este caso en particular le ofrecía una oportunidad única para salir de ese entuerto y en esencia lograr la Justicia para esa víctima. Obviamente la Iglesia no quiere un escándalo y va hacer lo indecible para que se acepte este acuerdo. Galvin antes de aceptar dicha oferta decide ver a la víctima o perjudicada en el hospital. Y de ahí en adelante todo cambió.
El abogado le hace ciertas fotografías para su archivo pero en este caso las mismas se convierten en algo más en su conciencia; de alguien que ha sufrido algo irreparable; alguien que ha sido privada de su calidad humana de por vida.
Por el otro lado, ante el rechazo de Francis Galvin, el arzobispado pone todas sus cartas en uno de los bufetes de mayor prestigio en la ciudad de Boston; Concannon, Baker & White y cuyo líder, Ed Concannon interpretado magistralmente por James Mason; no se detendrá hasta utilizar cada treta y tecnicísmo disponible para ganar, incluyendo la compra de testigos y el espionaje del adversario.
No obstante, por la secuela de eventos y el ambiente judicial de este caso, la indiferencia y parcialidad del Juez, no evitó que el jurado se mantuviera inclumne y decididamente imparcial y atento a todos y cada uno de los acontecimientos que se dan en la sala de ese tribunal.
Francis ha perdido todas las esperanzas en el caso. Su testigo principal para reformular las incidencias en que se da la negligencia por parte del Dr. Towler (Wesley Addy) ha desaparecido. En cambio, quien lo sustituye carece del prestigio para demostrar en un contrainterrogatorio los supuestos negligentes que dieron pie a la demanda por negligencia.
Sin embargo, Galvin logra ubicar a la enfermera de cabecera al momento en que la paciente debía llenar la ficha de ingreso del Hospital y sobre la cual la misma enfermera, Kaitlin Costello (Lindsay Crouse) y quien admitió a la paciente, ratificó que en dicho documento de forma clara y evidente redactó que la paciente había ingerido alimentos una hora antes de su ingreso al hospital.
El haber administrado la anestesia bajo esos términos provocó que la paciende vomitara durante el parto en su mascarilla de oxígeno y que posteriormente quedara en estado comatoso. Ante esto, el anestesista, Dr. Towler le pidió a la enfermera que cambiara el uno por un nueve, lo cual a pesar que ella se negó a hacerlo, el documento fue alterado y ella poco después renunció. Lo que no contó el defensor de este médico tan prestigioso es que la enfermera guardó una copia fotostática de lo que ella había escrito y aunque la defensa muy habilmente objetó la copia en lugar del original, el hecho de la declaración de la enfermera fue devastadora para sostener la impunidad e injusticia en este caso.
Así las cosas, el jurado falló a favor de los demandantes que en este caso era la familia de la víctima. A pesar de la traición de su compañera Charlotte Rampling, el abogado Francis Galvin se había reivindicado ante unos hechos que aunque jamás compensarían el daño ocasionado a la víctima establecerían una jornada positiva de un abogado que se enfrentó a unas fuerzas sumamente poderosas y al final prevaleció.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.