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2/06/2019

Cuando arde el corazón

Foto: Trump al comienzo del Mensaje de Estado de la Unión / Cortesía La Casa Blanca
Arde el corazón cuando veo a una persona que ante los ojos del mundo sale en su flamante limosina, rodeado de esa escolta siniestra para colocarse en medio de su arena romana como si fuera un emperador.

Entra al coliseo, con su vestimenta impecable rodeado de buitres y víboras que le cargan el rabo hasta que lo conducen al podio.

Un saludo cordial es suficiente y ante ese micrófono ultrasónico se dispara el discurso predecible de unidad que encierra la mayor tragedia norteamericana.

En medio de toda esa algarabía fanática de ese sector, que cada vez que los veo me tuerce el alma, la resistencia se levanta y aplaude como si estuviesen celebrando después de una pelea.

Dentro de su retórica, cuando se expresa acerca de la Inmigración, sobre China, Venezuela, el muro y Mueller; lo cierto es que su mensaje descansa sobre unos logros mancillados por serias investigaciones e imputaciones que no se van a desvanecer.

Y puedo entrar en los detalles y acomodarme dentro de toda esa información y editoriales mediáticos pero el problema es que no aprendemos la lección.

No sabemos manejarlo. No conocemos la forma para establecer tácticas de repudio proporcionalmente similares al egocentrismo de un ser humano que piensa que es un Dios estadounidense que ha salvado su nación de las garras torpes de sus predecesores.

Como publicista me choca la forma en que se mueve y cómo utiliza los testimonios en vida de seres humanos que se han prestado para validar su filosofía.

Y puedo estar de acuerdo con sentencias extremadamente desproporcionadas, con los incrementos en la ayuda contra el cáncer y el ataque a criminales que han destruido hogares familiares.

Pero el problema es que es una pantalla. Mitigar los problemas a base de un drama cuya historia y compasión toca a la audiencia es una medida audaz y estratégicamente inteligente. Puesto que no son los que están parados allí, dentro de ese recinto, es el mensaje oculto y directo a millones de personas que lloran frente a sus televisores y que en ese momento validan su postura política sin un ápice de raciocinio.

Si no me creen, piensen nada más que según la encuesta de CBS conducida por YouGov, un 76% de los personas que vieron el mensaje lo aprobaron mientras que solo un 24% lo censuraron.

Un 43% de los que vieron el mensaje son republicanos. Un 24% demócratas y un 30% independientes. El  mensaje estaba dirigido a su base. A cuadrar ese vínculo que se perdió con el cierre del gobierno federal.

El 97% del universo republicano aprobó el discurso. Un 30% de demócratas lo aprobaron mientras que un 82% de los independientes lo aprobaron también.

Según la encuesta, el 56% piensa que dicho mensaje propicia la unidad de la nación mientras que un 8% opina que la divide. Un 24% piensa que no cambiará absolutamente nada.

Sin embargo, cuando se le cuestionó a la muestra si pensaban que Trump y Pelosi trabajarían juntos, más de un 33% concluyó en efecto que sí, un 4% opinó que no trabajarían juntos y un 63% indicó que no habrían cambios significativos.

Sobre el aspecto de la inmigración, un 72% está a favor de las expresiones del presidente mientras que un 28% está opuesto.

Sobre la propuesta de las tropas norteamericanas en oriente medio, un 74% favorece la posición de Trump mientras que un 26% se opone.

En lo que respecta en el discurso sobre la crisis del borde, un 71% está a favor de la postura del presidente en contraposición con un 29% que está en contra.

Básicamente las posturas presidenciales fueron acogidas por una mayoría de un público esencialmente republicano aunque en varias instancias, grupos independientes y demócratas favorecieron la posición del estado actual.

Esa es la tragedia.

Una presidencia que está en entredicho y cuyo proponente se ha pasado la vida entera vociferando mentiras y medias verdades, rodeado como dicen en mi barrio, de cangrimanes y asesinos de reputaciones así como expertos en tramoyas legales y trucos financieros; pueda prevalecer en el poder con la aprobación de una mayoría clara.

Y por eso me arde el corazón, sin hablar de la separación de familias, los resultados a largo y corto plazo de las des-regulaciones y el montaje de un experto en comunicaciones que pretende ser un marajá dentro de un espectro político que carece de un rival que se mida con él en el cuadrilátero político.

La encuesta de CBS se basa sobre un total de 1,472 entrevistas a adultos norteamericanos que vieron el Mensaje de Estado de la Unión, el martes en la noche. La misma fue conducida por YouGov, utilizando una muestra representativa de 9,322 adultos en Estados Unidos los cuáles fueron entrevistados a través de las redes entre el 1 al 4 de febrero de 2019.

La muestra inicial se determinó a base de género, edad, raza y educación basado en encuestas norteamericanas comunitarias conducidas por el Censo así como el voto presidencial en las elecciones de 2016.


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