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2/24/2019

Una entrevista que hizo temblar la Casa Blanca


Desde el inicio de la presidencia de Donald J. Trump, he sido consistente en las afirmaciones que he hecho sobre un estado político que se maneja en cuartos oscuros y cuyos integrantes de ese séquito íntimo han sido señalados, convictos y hoy enfrentan a la justicia por actos de conspiración y corrupción.

A pesar que se esconde dentro de las multitudes en diferentes auditorios, no es menos cierto que ese segmento de la sociedad norteamericana, no es una minoría. 

Es un parte de la población que obedece religiosamente a unos estatutos equivocados basados en una nube repleta de mentiras, inundadas por un discurso político nacional, racista, provocando divisiones que al día de hoy van a ser extremadamente difíciles de subsanar.

El pasado domingo, 17 de febrero, el ex Subdirector del Negociado de Investigaciones Federales (FBI por sus siglas in inglés), Andrew McCabe fue entrevistado por Scott Pelley en el programa 60 Minutes y sus expresiones sobre los fundamentos y el inicio de las investigaciones basadas en la obstrucción y contraespionaje que se sigue y que ha dejado a los medios atónitos por el nivel en que se han dado los hechos desde la campaña política y el comienzo de esta presidencia.

Esta es la transcripción:

(La entrevista da inicio con el recordatorio de la comparecencia de Andrew McCabe en la Casa Blanca el 9 de mayo de 2017.

Andrew McCabe (AM): Nunca antes estuve en una reunión dentro de la Oficina Oval. Soy un agente federal del FBI de carrera, un servidor público. 
Scott Pelley: ¿El despacho oval estaba por encima de tu rango? 
Andrew McCabe — Sí, definitivamente. Y el presidente estaba contento sobre el despido de Jim Comey. Él cambió su estado de ánimo y daba la impresión (según él), que la gente o el personal del FBI estaban satisfechos por lo ocurrido. 
Que Jim Comey no era del agrado de la mayoría y que por eso estaban contentos sobre el despido; en realidad era una gran cosa, decía. 
Pelley: ¿Él les decía a ustedes cuál fue la reacción del FBI? 
McCabe: Sí lo decía. Lo que pude observar en la Casa Blanca inmediatamente antes fue una reacción totalmente distinta. 
Pelley: ¿Cuál fue? 
McCabe: Gente estaba sorprendida. Habíamos perdido a nuestro líder. Un líder que era respetado y muy querido en la vasta mayoría del personal del FBI. 
La gente estaba apesadumbrada. Pero a pesar de eso, aquella noche en la Oficina Oval, lo que Yo escuchaba del propio presidente no era la verdad. Era —según lo comprendí rápidamente—la versión de los eventos que él quería que Yo adoptara. 
Así pues, en lo que él siguió diciendo sobre lo contenta que estaba la gente en el FBI, me dijo — he escuchado que tú eres parte de la resistencia”. 
Pelley: ¿Qué él quiso decir con eso? 
McCabe: Pues bien, realmente no lo sé. Así que le pregunté y entonces él me dijo — Escuché que tú eres de los que no apoyaba a Jim Comey. Tú no estuviste de acuerdo con algunas posturas hizo él con los Clinton. Es eso cierto? 
Entonces le dije: “No, señor. Eso no es correcto. Yo trabajé muy de cerca con Jim Comey y era parte del equipo y parte de esas decisiones”. 
Pelley: ¿Te dio la impresión que la respuesta que le diste no fue la correcta? 
McCabe: Yo sabía que mi respuesta no fue la mejor. 
Pelley: No estabas tratando de anclarte en tu puesto. 
McCabe: No estaba dispuesto a mentir para retenerlo. No sabía exactamente cuándo me iban a despedir. Pensé que probablemente eso estaría muy cerca. Así que bajé la cabeza, seguí trabajando, intentando crear un ambiente estable para los que estaban a mi alrededor y realizando las cosas que Yo entendía se debían hacer como el asunto de la investigación con Rusia, abriendo los casos y trayendo a un Fiscal Especial Independiente.  
Luego del despido de Comey, McCabe indicó que ordenó dos investigaciones relacionadas con el presidente. Para hacerlo se plantearon dos cuestionamientos: Uno — el presidente. Trump había despedido a Jim Comey para impedir una investigación sobre la interferencia de Rusia en las elecciones. Dos — el presidente Trump Trump había actuado en común acuerdo con el gobierno Ruso. 
McCabe: Yo estaba hablando con el hombre que corrió para la residencia y ganó las elecciones como presidente, pero lo hizo con la ayuda del gobierno Ruso. Uno de nuestros adversarios más importantes en el escenario global. Y eso era algo que me trabajaba profundamente. 
Pelley: ¿Cuánto tiempo pasó para que decidiera comenzar una investigación sobre obstrucción a la justicia y contraespionaje que involucraba directamente al presidente? 
McCabe: Pienso que fue al otro día de la reunión. Me reuní con el equipo investigador sobre los casos rusos. Le pedí al equipo que volviéramos atrás y que realizáramos una evaluación para saber dónde estábamos con esos esfuerzos y que acciones teníamos que tomar para seguir adelante. 
Me preocupaba el hecho de colocar este caso de Rusia sobre una base solida y tierra firme por si en el caso que Yo fuera removido, asignado o despedido rápidamente este mismo caso no se pudiera cerrar ni se desvaneciera en el vacío sin rastro de ninguna clase. 
Pelley: Usted quería un registro documental. 
McCabe: Eso es así. 
Pelley: Usted temía que esas investigaciones que se habían comenzado, pudieran desvanecerse. 
McCabe: Exacto.

En su testimonio, McCabe indicó que la base de esas dos investigaciones habían surgido por las propias declaraciones del presidente Trump. 

Primero porque el presidente Trump le había pedido al entonces Director del FBI, Comey que suspendiera la investigación que tenían en contra del Asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, quien finalmente se declaró culpable de haberle mentido al FBI sobre sus contactos Rusos. 

Y para justificar el despido de Comey, el presidente Trump le solicitó al Fiscal General a cargo, Rod Rosenstein que redactara un memo listando las razones por las cuales Comey se tenía que ir. Según McCabe, el presidente Trump quería que ese memo en particular surgiera como un tipo de sorpresa.

McCabe: Rod estaba sumamente preocupado por sus interacciones con el Presidente, quien estaba determinado a despedir al Director indicando y diciendo cosas— Asegúrate de colocar a Rusia en el memo”. Eso le preocupaba a Rod al igual que a mí y a todos los investigadores del caso ruso.

Si en efecto el Fiscal General Rosenstein accedía a listar aspectos de la investigación rusa en el memorando a la Casa Blanca, se podía interpretar como si él fuese el que estaba obstruyendo la evidencia de la investigación contra Rusia, sugiriendo entonces el despido de Comey, lo cual por inferencia cubría al Presidente.

Pelley: ¿Él no quería colocar a Rusia en el memo? 
McCabe: Él no quería. Le explicó al Presidente que no necesitaba colocar a Rusia en el memo. A lo que el Presidente le respondió — Yo entiendo eso, Te estoy pidiendo que coloques a Rusia en el memo de todos modos”.  
Cuando el memorando que justificaba el despido de Comey se hizo público, Rusia no estaba. Pero el presidente Trump hizo la conexión de cualquier forma cuando en una entrevista en NBC expresó que la investigación rusa era una de las razones del despido de Comey. 
McCabe: Nosotros teníamos suficientes razones para creer que habían hechos para abrir la investigación. El propio Presidente se había expresado de una manera despectiva acerca de nuestros esfuerzos de investigación por semanas, describiéndola como una cacería de brujas y socavando nuestros esfuerzos. 
El Presidente le había expresado directamente a Jim Comey que pasara por alto la investigación en contra de Mike Flynn quien era parte del caso en contra de los rusos.  
Entonces, el Presidente despidió a este director.  
En ese mismo proceso de despido, le pidió a Rod Rosenstein que redactara un memorando justificando dicha cesantía y le pidió a Rod que incluyera a Rusia en el memo.  
Rod, claro está, no lo hizo. Pero estaba en la mente del Presidente. Poco después, el Presidente hizo unos comentarios públicos a los que ustedes hicieron referencia, ambos en NBC y sobre los rusos que fueron grabados en la Oficina Oval. 
Estas circunstancias, unidas podrían ser hechos irrefutables que podían indicar que algún tipo de crimen se había cometido.
El Presidente pudo haber estado involucrado en algún tipo de obstrucción a la justicia con el despido de Jim Comey.
Pelley: ¿Específicamente, cuál fue el hecho que lo llevó a usted a llevar a cabo una investigación de contraespionaje? 
McCabe: Son esas mismas preocupaciones sobre asuntos de seguridad nacional. Y la idea era esta, si el Presidente en efecto cometió obstrucción a la justicia, despidiendo al Director del FBI para crear una impresión negativa o para cancelar la investigación y difamar la investigación que se llevaba a cabo sobre la actividad rusa en el apoyo a su campaña, como un investigador de contra espionaje usted se tiene que preguntar: ¿Por qué el Presidente de Estados Unidos haría tal cosa? 
Bajo esos mismos preceptos usted debía suponer y preguntarse si en todo caso ¿existía algún tipo de relación inapropiada y una conexión entre este Presidente y uno de nuestros enemigos más acérrimos: el gobierno de Rusia? 
Pelley: Lo que usted está diciendo es que ¿el Presidente está en el mismo equipo de los rusos? 
McCabe: Lo que digo es que el FBI tenía razones suficientes para investigar eso. El derecho de indagar la existencia de una investigación no necesariamente implica que seas culpable. Pero le puedo decir, Scott, que si fracasábamos en abrir una investigación sobre estas circunstancias, no estábamos haciendo nuestro trabajo. 
Pelley: Cuando usted decidió lanzar esas dos investigaciones, ¿el Fiscal General Rod Rosenstein estaba abordo? 
McCabe: Absolutamente.
Durante 28 años, Rod Rosenstein ha trabajado para el Departamento de Justicia. Como republicano, fue designado por el Presidente Trump como Fiscal General, siendo el número dos en la lista. 

Con el despido de James Comey por el Presidente Trump, el 9 de mayo de 2017, comenzaron unas semanas cuyas reuniones se trataba el manejo de crisis con Rosenstein; quien estaba a cargo de la investigación de Rusia y el Director Interino del FBI, Andrew McCabe.

McCabe: No puedo describirle con exactitud y precisión el nivel de caos y la presión sobre la cual teníamos que trabajar Rod y Yo. Fue increíblemente turbulento, fue realmente muy estresante. Y de hecho, estaba claro para mí que ese nivel de presión estaba impactando el Fiscal General. 
Hablamos sobre el por qué de la insistencia del Presidente en despedir al director; si estaba o no pensando en la investigación Rusa y si eso había tenido algún impacto en su decisión.  
Pero en el contexto de esa conversación, el Fiscal General se ofreció a utilizar un dispositivo de grabación oculto al llegar a la Casa Blanca, — Nunca me registran cuando llego. Puedo llevar el aparato fácilmente, no se van a dar cuenta”.  Él no estaba bromeando. Eso era totalmente en serio. 
De hecho este asunto se trajo a discusión en reuniones que sostuvimos poco después. Nunca consideré esa oferta. Sí lo discutí con mi Consejero General y el liderato del equipo en el FBI cuando él lo sugirió por primera vez.

Pelley: El punto para que Rosenstein se alambrara para el momento de una reunión con el Presidente, ¿por qué era? ¿qué pensaba obtener? 
McCabe: Yo no puedo pensar ni caracterizar lo que Rod estuviera pensando en ese momento. Pero la razón, ¿si usted tuviera alguien con un dispositivo de grabación oculto, no sería para conseguir evidencia y en este caso en particular, la verdadera motivación del Presidente para despedir a Jim Comey? 
Pelley: ¿Qué le dijo el Consejero General y el liderato de su equipo sobre esa idea? 
McCabe: Creo que al Consejero General le dio un ataque al corazón. Cuando se levantó del suelo, él dijo — es un puente demasiado lejos, no estamos ahí todavía”. 
Pelley: No era necesario en ese punto en la investigación llegar a ese nivel. 
McCabe: Correcto.
Pero McCabe y Rosenstein levantaron otra idea. La Enmienda 25 de la Constitución que permitiría que el Vicepresidente y la mayoría del gabinete removieran al Presidente.
McCabe: Esa discusión de la Enmienda 25 de la Constitución fue simplemente porque Rod levantó ese argumento y lo discutió conmigo dentro de un contexto intelectual sobre cuántos otros oficiales de gabinete pudieran apoyar ese esfuerzo. 
Para ser honesto, en esa conversación, Yo no tenía mucho que aportar. Así que escuché atentamente lo que me tenía que decir. 
Pero para ser justo, fue un tiempo extremadamente estresante. No puedo describirle la cantidad de ideas que tuvo el Fiscal General en ese momento. 
Era algo indescriptible, por lo que el tiraba todo en una conversación frenética y caótica sobre dónde estábamos y qué teníamos que hacer después. 
Pelley: Lo que parecía estar pasando por la mente del Fiscal General era como deshacerse del Presidente de los Estados Unidos. 
McCabe: — Bien —  
Pelley: De un modo u otro. 
McCabe: No puedo confirmar eso. Lo que sí le puedo indicar es que el Fiscal general en ese momento estaba sumamente preocupado por el Presidente, su capacidad y sus intentos en ese momento dado. 
Pelley: ¿Cómo trajo le trajo el tema de la Enmienda 25 a usted? 
McCabe: Honestamente, no recuerdo. Él, fue tan solo otro tópico que se lanzaba en medio de una discusión. 
Pelley: ¿En serio? Solo —  
McCabe: Sí. 
Pelley: Solo otro tópico. 
McCabe: Sí. 
Pelley: ¿Usted lo asesoró en eso? 
McCabe: No, no lo hice. Quiero decir, él estaba discutiendo sobre otros miembros del gabinete, si ellos apoyaban o no esa idea, si otros miembros del gabinete compartían esa misma preocupación de lo que pensaba acerca del presidente; eso era algo realmente perturbador y le preocupaba mucho a Rod. 
Pelley: Rosenstein hablaba abiertamente si la mayoría del gabinete estaba o no de acuerdo en votar para remover al Presidente. 
McCabe: Eso es así. Contando los votos o los posibles votos. 
Pelley: ¿Le asignó específicamente a alguien algunos de esos votos? 
McCabe: No. No que Yo recuerde. 
Pelley: Sentado en alguna reunión del Departamento de Justicia, hablando sobre la posibilidad de remover al Presidente ¿qué se le venía a la mente? 
McCabe: ¿Cómo llegué hasta aquí? Me confrontaba con toda esta confusión legal sobre estos asuntos tan importantes, no tan solo para el FBI pero para la Nación entera. Fue muy desalentador.

Como respuesta a nuestra entrevista, el Departamento de Justicia Federal nos dio una declaración muy cuidadosamente redactada; en ella expresaban que” la historia de McCabe era imprecisa e incorrecta en términos de hechos”. Que el Fiscal General nunca autorizó ninguna grabación [del presidente]. Tampoco fue el Procurador General quien estuvo en posición de invocar la Enmienda 25”.

McCabe nos indicó que al cabo de unas semanas, las expresiones del Presidente le sugerían a McCabe una extraña afinidad con Rusia. Recordó una ocasión en que un agente del FBI regresó de la Casa Blanca para informarle a McCabe de los resultados de sus reunión con el presidente.

McCabe: El Presidente se lanzó con una diatriba que no estaba relacionada con nada. Una de ellas era que comentaba sobre un lanzamiento reciente de un misil en Corea del Norte. Y decía que no creía que los norcoreanos tuvieran la capacidad de darle a Estados Unidos con un misil balístico. 
Y no lo creía porque el Presidente Putin se lo había dicho. El Presidente Putin le había dicho que los norcoreanos en la actualidad no tenían ese tipo de misil. 
Pelley: Y la Inteligencia de Estados Unidos, ¿qué le decía al Presidente? 
McCabe: Los oficiales de Inteligencia le respondían y le informaban que eso no era consistente con asuntos de Inteligencia que nuestro gobierno poseía, a lo que el Presidente le respondía — A mí no me importa, Yo le creo a Putin”. 
Pelley: ¿Qué pensó cuando escuchó eso? 
McCabe: Decir algo tan asombroso como eso. Que la comunidad de Inteligencia al igual que nosotros pierda tanto tiempo, energía y esfuerzo para establecer estrategias que ayudan a la toma de decisiones y al Presidente de Estados Unidos, quien en última instancia toma la última decisión junto con las decisiones políticas. Y ser confrontados con una absoluta incredulidad en dichos esfuerzos y una falta de voluntad para aprender el estado verdadero de las cosas con las que tiene lidiar cada día es realmente espantoso.

La peligrosa proximidad del FBI a la política presidencial comenzó con la investigación de la entonces Secretaria de Estado, Sra. Hillary Clinton quien utilizó un servidor inseguro para sus correos electrónicos, los cuales eran clasificados. 

Poco después el FBI lanzó su investigación sobre la interferencia Rusa en las elecciones. Para Andrew McCabe, ex director interino del FBI, una investigación política destruiría su carrera y dañaría su reputación y credibilidad; esto luego que supuestamente le mintiera al FBI sobre una supuesta filtración de información a un periódico.

Fue un giro de eventos inesperados que comenzaron cuando el candidato Donald Trump arremetió contra la esposa de McCabe.

La Doctora Jill McCabe, Pediatra en Sala de Emergencia, incursionó brevemente en la política en 2015, cuando corrió para Senadora en la Oficina Estatal en Virginia. 

Como cualquier otro candidato Demócrata para ese año, tenía fondos de comités de acción política controlados por el gobernador de Virginia, un viejo amigo de los Clinton.

Pelley: Durante el tiempo en que Jill corrió para esa Oficina, ¿qué responsabilidades tenía usted en el FBI sobre la investigación de Clinton? 
McCabe: Ninguna. Yo no estaba en esas las oficinas centrales en donde comenzó esa investigación. Yo estaba en una oficina regional. 
Jill McCabe: No existía ningún tipo de conexión de ningún modo entre mi campaña con Bill y Hillary Clinton. Nunca me los presentaron. No los conozco.

Pero en los días antes de los cierres de la campaña presidencial de 2016, el Wall Street Journal sacó un artículo cuyo titular leía: “Aliado de Clinton Ayudó a Esposa de FBI (“Clinton Ally Aided FBI Wife”). 

Se trataba del financiamiento a Jill McCabe un año antes. El artículo señaló con precisión sobre el papel de su marido en la investigación de los correos electrónicos de Hillary Clinton, lo cual comenzó meses antes que ella perdiera. Pero al parecer, el candidato Donald Trump los combinó a ambos.

En una concentración multitudinaria, el Presidente Trump dijo: — Acabo de enterarme que una de personas más cercanas a Hillary Clinton, con lazos entrañables a su marido y a ella, le dieron sobre $675,000 para la campaña de la cónyuge, la esposa de un alto oficial del FBI quien ayudó en la investigación de los correos electrónicos ilegales de la Sra. Clinton”.

Pelley: ¿Cómo se siente cuando ve eso? 
Jill McCabe: Enferma. Enferma del estómago. 
Andrew McCabe: Esa es la palabra correcta, enfermos. Es asqueroso. Ver cómo un candidato a la presidencia utiliza esas mentiras y las manipula para su propia ventaja, escuchar, usted sabe, los gritos y los abucheos de miles de personas que aceptan esas mentiras como verdades; es simplemente escalofriante.

Tres meses después que Jill McCabe perdiera las elecciones, Andrew McCabe fue promovido como Director en propiedad, el segundo en la lista debajo de  James Comey. 

Nueve meses luego de ello y como consecuencia de la campaña de su esposa, él se recusó sobre la investigación sobre Clinton. 

Fue entonces que el Presidente despidió a Comey y McCabe se quedó como Director Interino. En una de las primeras conversaciones, McCabe dijo que Trump le preguntó acerca de sus esposa.

McCabe: — ¿Qué le parece la derrota de su esposa para el senado estatal? Debió haber sido bien fuerte haber perdido”, entonces le dije: Pues, perder siempre es bien fuerte. Pero mi esposa ha vuelto a enfocarse en su carrera. Entonces, él vuelve a insistir y a decir — pregúntele qué se siente perder, debe ser bien fuerte ser una perdedora”. 
Pelley: ¿Qué piensa usted? 
McCabe: A ningún hombre le gusta que le digan que su esposa es una perdedora, y a mí menos. Mi esposa es una doctora dedicada, brillante y extraordinaria que ha ayudado mucho a su comunidad. Ella no es ninguna perdedora. Se trataba de intimidación. Así que en vez de entrar en un argumento con el Presidente de los Estados Unidos, le dijimos, Ok, Señor, colgamos y terminamos la llamada.

Esa fue la semana de la crisis, luego del despido de Comey y en el momento en que McCabe defendía traer a un Fiscal Independiente para que asumiera la investigación sobre el Presidente.

McCabe: Yo sabía por la experiencia pasada con los Clinton, cuán peligroso iba a ser para el FBI no tan solo investigar un candidato a la presidencia sino al Presidente en propiedad. Era una situación que definitivamente requería un Fiscal Independiente que trajera un alto grado de independencia y ese fue el argumento que utilicé con el Fiscal General.

El Procurador General era Rod Rosenstein, un fiscal de carrera y a quien Trump había señalado como segundo en la lista en el Departamento de Justicia. McCabe dijo anteriormente que fue Rosenstein quien se ofreció para llevar un dispositivo oculto de grabación a la Casa Blanca y quien inicialmente se opuso al nombramiento de un fiscal independiente.

McCabe: Le preocupaba lo que le iba a ocurrir si accedía al pedido de un fiscal independiente, si accedía implicaba que perdería su empleo. Entonces, ya ninguno de nosotros tendría un funcionario confirmado por el Senado para supervisar esos esfuerzos.

Ocho días luego del despido de Comey, Rosenstein nombró como Fiscal Especial Independiente a Robert Mueller. Mueller había sido fiscal de carrera y anteriormente había sido nombrado Director del FBI por George W. Bush. Hasta el momento, Mueller ha obtenido acusaciones, declaraciones de culpabilidad que involucran 6 asociados principales a la campaña de Donald Trump incluyendo su director de campaña y en adición, 25 agentes de la Inteligencia Rusa.

McCabe: Sobrevivimos la locura de esos días con el despido de Jim Comey. Sabe, llegamos al punto que tuvimos un nuevo director señalado y nombrado, teníamos casos abiertos y así los necesitábamos; abiertos. Trajimos a un fiscal independiente, probablemente el mejor fiscal especial que nos hubiéramos imaginado para se hiciera cargo de la investigación, y creo que la mayoría puede admitir que es uno de los esfuerzos más importantes en este momento.

Pero si en efecto McCabe había podido navegar durante la crisis que rodeaba al Presidente Trump, no sobreviviría la controversia que involucraba a Hillary Clinton. 

Una semana antes del día de las elecciones, McCabe autorizó la filtración de una historia en el Wall Street Journal. Para ese tiempo, él seguía siendo Sub Director bajo Comey. 

La historia decía que McCabe había defendido al FBI sobre la investigación que se realizaba sobre la fundación sin fines de lucro de Clinton luego que un oficial del Departamento de Justicia arrojara dudas.

Pelley: Usted ha sido acusado de filtrarle a un reportero del Wall Street Journal una historia porque suponía que lo que estaban escribiendo estaba erróneo, ¿es eso cierto? 
McCabe: Correcto. 
Pelley: Usted está autorizado por el FBI a proveer información a los medios. 
McCabe: Eso es correcto. 
Pelley: Usted lo hizo a través de la Oficina de Relaciones Públicas del FBI. 
McCabe: Así lo hice.

La historia que publicó The Wall Street Journal fue atribuida a una fuente anónima de entero crédito. Esto se parecía al tipo de filtración que se da diariamente. 

Pero de acuerdo a una investigación detallada del Inspector General en el Departamento de Justicia, McCabe mintió en tres ocasiones bajo juramento cuando los investigadores le preguntaron si él había sido la fuente de dicha filtración. 

El Inspector General concluyó que McCabe filtró la historia con el único propósito de verse bien ante el escrutinio público lo cual constituía en crasa violación a las regulaciones del Negociado. 

Por su parte, McCabe indicó que corregir una historia que suponía un error de información era parte del interés público. En cuanto a la mentira, McCabe nos expresó que había sido confundido por los investigadores y estaba distraído por el asunto de Comey.
McCabe: No hay absolutamente ninguna razón y para mí tampoco, tergiversar lo que ocurrió. Así que no. ¿Si alguna vez engañé intencionalmente a gente con la cual hablé? No, no lo hice. No tenía por qué hacerlo y no lo hice.
Si es correcta la presunción del Inspector General, sobre la supuesta mentira de McCabe, sería otra de esas historias en Washington cuyos hechos embarazosos serían desastrosos por el aspecto de encubrimiento.
El Presidente Trump intervino, expresándose en un tweet:
El Sub Director del FBI está corriendo en contra del reloj para retirarse con todos los beneficios. 90 días para irse?!!!”
 Pelley: ¿Usted espera ser despedido 26 horas antes antes de que pueda aspirar a su pensión? 
McCabe: Creo que sí, ya que el Presidente se ha expresado sobre ello públicamente. Creo que claramente ha expresado su deseo que me quiere fuera antes que Yo pueda retirarme. Yo creo que fui despedido porque abrí una investigación en contra del Presidente. 
Pelley: El Presidente dijo en un tweet: — Andrew McCabe despedido, un gran día para el…FBI — un gran día para la democracia”. 
McCabe: La idea que este presidente sabría qué gran día para la democracia o un gran día para el FBI es totalmente absurdo.

McCabe está considerando si demanda al gobierno por el hecho de su pensión. Los fiscales están considerando si le someten cargos por mentir al FBI, un crimen que en el peor de los escenarios puede conllevarle 5 años de prisión por cada cargo.

McCabe acaba de publicar un libro sobre la crisis durante la campaña y sus 21 años de experiencia en su carrera titulado: 
The Threat — How the FBI Protects America in the Age of Terror and Trump” (La Amenaza — Como América se protege con el FBI en una era de terror y Trump).

Le preguntamos a la Casa Blanca específicamente sobre los reclamos de McCabe y recibimos esta respuesta: — Andrew McCabe fue despedido y es una desgracia para el FBI por haber mentido y por haber iniciado una investigación sin fundamento alguno hacia el Presidente, todo el mundo sabe que carece de credibilidad."
Pelley: Parece ser que usted tiene una memoria clara sobre todas sus conversaciones con el Presidente, ¿cómo es eso?
McCabe: Me hice memorandos a mí mismo para preservar mis recuerdos de todas esas interacciones. 
Pelley: Eso es lo que hacen los agentes entrenados por el FBI, escribirse memos para su archivo luego de interrogar a testigos. 
McCabe: Para eso estamos entrenados. 
Pelley: ¿Y dónde están esos memos ahora? 
McCabe: Esos memorandos están bajo la custodia del equipo del Fiscal especial Independiente. 
Pelley: El equipo de Robert Mueller. 
McCabe: Correcto. 
Pelley: ¿Tiene sus memos?
McCabe: Los tiene.
Un portavoz de McCabe se retractó sobre algunos argumentos durante la entrevista indicando que se trajeron fuera de contexto. 

El Senador por Carolina del Sur, Lindsay Graham prometió probar y determinar si en efecto, Rosenstein intentaba realizar un golpe administrativo par remover el Presidente.

Basado en la transcripción de Casey Quackenbush, 18 de febrero de 2019, Time.


2/21/2019

El poder de las palabras...


Las palabras son potencialmente más fuertes que su propio significado. Los caracteres que se componen entre sí penetran como dardos toda clase de pensamientos. Se vuelcan en universos tan diversos que a veces su connotación, sus definiciones cambian el contexto por completo.

En el genero literario, las palabras han sufrido transformaciones severas ante un ciclo invasivo sin precedentes ya sea a través de las redes sociales, la música, expresiones populares o los medios de comunicación.

En el caso de la música por ejemplo, el modo en que se ha transformado la expresión oral, tiene y sigue teniendo implicaciones serias sobre todo cuando se exploran otras tendencias con estructuras y significados totalmente distintos a los que alguna vez intuíamos o pensamos que podían tener.

Calles, barrios, sectores sociales que carecen de los bienes más básicos, prevalecen en algunos casos cuando establecen de primera mano categorías que años atrás no existían pero que ahora forman parte de un léxico normal y común en medio de esas mismas estructuras sociales.

Por lo cual, me he tomado el atrevimiento de incluir algunas de esas palabras que escucho a diario cuyos significados es un humilde intento para acercarme y comprender una fraseología extremadamente dramática y muchas veces, hasta violenta.

De hecho, esa es la maravilla del lenguaje, el español no es una estructura de comunicación estática; es dinámica y se ajusta perfectamente a mundos que desde lejos parecen otra cosa, pero que en su sentido más profundo, sus expresiones son parte de un común denominador que ha atrapado estas clases sociales con un filosofía de vida cuyas palabras son esencialmente importantes.

He aquí algunos ejemplos:

Amapuchar 

Encubrir, arreglar algo clandestinamente para que no se descubra


Alicate 

Hace lo que dice el jefe


Arrebato

Con el efecto de las drogas


Babilla 

Tiene agallas


Barrio

Sector humilde perteneciente a una urbe o ciudad


Bellaca

Adicta(o) al sexo


Bicha

Mujer que se pasa buscando peleas y se cree que es la mejor de todas


Bichote

Dirige los puntos de drogas en todo un sector


Bro

 “Brother”, hermano, una forma peculiar de llamar a un amigo


Caserío

Conjunto de casas rústicas o humildes     


Corillo

Grupo de amigos que siempre andan juntos


Chota

Persona que da quejas o acusa a los demás


Encabronarse

Calentarse de forma agresiva


Enchule

Enamorarse, obsesión pasional


Escarceo

Actividad o trabajo antes de comenzar de una manera continuada y definitiva


Gatillero 

Asesino a sueldo, “killer”, “hit man”


Pal carajo

Fuera de todo, del ambiente y de la gente. Dejar en paz


Panfletería

Información que carece de importancia o no merece credibilidad 


Peine

Compartimiento de balas en un arma de fuego, magacín


Perico

Cocaina


Punto

Sitio clave donde se venden drogas o se distribuye el material 


Prendía

Ataque a golpes o con armas de un grupo en contra de un individuo


Rosear

Disparar o vaciar el arma de fuego contra uno o más individuos


Underground

Acciones delictivas clandestinas


 Trapero

Cantante de un género musical que aunque no es nuevo, su fijación es el sexo, drogas y violencia.


Tumbar

Matar a una persona o varias


Hay muchas más que inciden diariamente en nuestras vidas. En algún momento las añadiré. Por lo pronto, esto es un pequeño insumo de una particularidad social que ha hecho de las palabras una conmoción expresiva interesante y extremadamente dramática.
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2/20/2019

Una memoria que no se puede dejar de leer...

"Dispatches from the Edge: a memoir of war, disasters, and survival"
Anderson Cooper / HarperCollins Publishers 2006 
Poca gente como Anderson Cooper, han sido testigo de los escenarios más conflictivos y peligrosos del mundo.

Con una cobertura única en CNN (Cable News Network), este corresponsal y periodista norteamericano ha dejado una huella profunda dentro de unas memorias poderosas exponiendo la realidad de la crisis de nuestro tiempo y el impacto que ellas tienen todavía en la vida de cada uno de nosotros.

Criado en Manhattan, siempre estuvo atraído por encontrar esas respuestas que todos buscamos con una atracción particular a los confines más remotos de nuestro planeta.

Moviéndose y explorando continuamente, el autor pudo desprenderse de su pasado; de la muerte de su padre y la tragedia de su hermano mayor para estar un paso al frente sobre todo en cuanto a la fama de su madre Gloria Vanderbilt.

Como reportero, el estar dentro de un campo de batalla, en países devastados con una enorme crisis y crueldad, le dio la oportunidad de desprenderse de un pasado que lo ha perseguido constantemente.

Desde el tsunami en Sri Lanka, la guerra en Irak y el hambre en Nigeria hasta el huracán Katrina en Nueva Orleans, Anderson Cooper siempre estuvo en primer plano en el momento crítico y crucial; momentos donde el ser humano se debate sin duda entre la vida y la muerte.

Es un exponente certero donde su expresión noticiosa es un ejemplo de aventuras y de una verdad cuyos casos en su mayoría son extremadamente dolorosos. Su voz y sus cuestionamientos, su valentía en circunstancias en donde se juega la vida, lo convierten en un autor pleno cuyas palabras siguen revolcando y denunciando regímenes políticos, las injusticias, violencia y la falta de humanidad.

Sus vivencias al igual que las escenas que ha descrito sobre extrema violencia, desnutrición como en Sarajevo y Somalia, unido a sus experiencias con los genocidios en Rwanda, colocan a este escritor como un punto aparte donde sus memorias constituyen una prueba, un legado sobre la evidencia más fiel que podamos tener de áreas en el mundo que jamás imaginamos.
                                                       
Al colocarse en el fuego, Anderson no tan solo se abre como corresponsal, sino como ser humano y sensible para colocar las caras de su vida sobre la mesa, dejándonos saber sus interioridades las cuales  de otro modo jamás hubiésemos conocido.

“Dispatches from The Edge” es una memoria intensa, llena de aventuras y relatos dramáticos que nos colocan dentro de los escenarios más peligrosos y violentos del mundo.

Anderson Cooper nació en 1967, hijo del escritor Wyatt Emory Cooper y Gloria Vanderbilt.

Un comentario desafortunado

    Para el comediante Tony Hinchcliffe, Puerto Rico es “literalmente una isla flotante de basura en medio del océano”. Estas expresiones se...