El Cuervo

Estuve durante horas retratando en la calle cuando decidí descansar por espacio de algunos minutos. 

Me recosté en la baranda, justo al lado de una parada de guaguas cuando un grupo de aves llegaron hasta allí como cuando un grupo de jóvenes buscan algo en particular sin saber qué es…

Un puñado de cuervos se habían detenido allí luego de haber hecho desde el aire (me imagino) unos vuelos de reconocimiento. 

Hasta allí, llegó el líder del grupo. Lo pude detectar puesto que era quien había marcado el territorio con todos sus colegas detrás de él.

Así, cautelosamente comencé a perseguirlo lentamente. Él lo sabía. Me evitaba o se volteaba. No me tenía miedo. Estoy seguro que le dijo algo a sus compañeros, los cuales estaban al tanto de la situación.

Hubo momentos que trató de engañarme haciendo ese “fake” para comenzar un vuelo y se viraba de pronto hasta alejarse con su gente.

Finalmente pude ubicarme cerca de él. El cuervo que tanto había buscado estaba muy cerca y de espaldas a mí. 

En segundos volteó y en esa fracción realicé el tiro de cámara. Inmediatamente le hizo una mueca a sus colegas y se fueron del lugar.

Cuando vi la imagen me percaté inmediatamente de su mirada. De su expresión. Como si se tratara de un mensaje. Algo que nos estaba escrito.

La profundidad y la seriedad de todo su ser se había manifestado. No parecía intranquilo. Estaba decidido a actuar si yo efectuaba algún movimiento brusco. 

Quieto y con una mirada fría y penetrante me dejó saber que él estaba al tanto de lo que yo hacía. Me dejó saber con su mirada que no me tenía temor ninguno. 

Me dejó claro que conocía a los seres humanos. Y que estaba dispuesto a luchar y poner su vida de por medio si era preciso.

Eso fue hace muchos años. 

Jamás lo volví a ver…