Librería La Tertulia / Río Piedras, Puerto Rico. (foto: JC Burgos, fotoperiodista) |
Extraño las librerías...
Recuerdo las innumerables ocasiones que visité la librería Thekes en el centro comercial Plaza las Américas en Puerto Rico.
Allí conocí la poesía de José Ángel Buena que es maravillosa, los epistolarios de César Vallejo, En la Brecha de José de Diego y por supuesto Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, como muchos otros…
Esa librería cerró hace muchos años.
Con mis amigos del alma en primer año de universidad visitaba todos los fines de semana La Tertulia en Río Piedras.
Allí me encontré con la editorial Siglo XXI, conociendo otro sentido de análisis con Michel Foucault.
Aprendí de refilón a tocar con cautela la filosofía y comprendí entonces sobre un movimiento existencial que tocaba las puertas de mi alma.
Al igual que la música de Pink Floyd; Camus, Sábato y Sartre se sentaron en la sala de mi alma cuando ojeaba sus libros en La Tertulia.
Según un artículo publicado en Metro https://www.metro.pr/pr/noticias/2017/05/27/cierra-libreria-tertulia-rio-piedras.html, la librería La Tertulia cerró sus puertas para mayo de 2017.
Son muchas las que han desaparecido. Somos muchos los que de cierto modo nos hemos quedado desamparados ante esas mismas circunstancias.
Borders en Plaza las Américas, más que un comercio era un centro de encuentro, de aprender, caminar y disfrutar con la familia. Allí conseguías música, accesorios y artículos de regalos creativos muy buenos.
Borders cerró sus puertas al público el 27 de julio de 2011. En un artículo del El Nuevo Día https://www.elnuevodia.com/negocios/finanzas/nota/cierredebordersdejaunvacio-1019180/, para que sepan nada más cómo nos quedamos todos.
Bell Book & Candle Bookstore es cosa del pasado.
La tecnología es muy buena; yo particularmente la he disfrutado y he participado de ella continuamente. Pero irónicamente, ha sido la misma que destruyó parte de una cultura estudiantil de mi época, de buscadores de libros, autores.
De un compartir que jamás se volverá a repetir. Ese sentido de nostalgia me hace sentir sumamente triste.
Ahora casi todo es online o lo adquieres como un ebook o kindle.
Extraño esa parte de mi vida. Aunque todavía existen los Norbelto González y otros que sobreviven ese empuje, siempre habré de extrañar esa parte de mi vida la cual guardo como diría Ernesto Sabato en algún recóndito reducto de mi espíritu con mucha nostalgia.
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