Una jornada que apenas comienza...

Deambulante, Miramar, Puerto Rico - 2018

Como estudiante jamás consideré la fotografía como una carrera profesional. 

De hecho, no me considero un profesional. Me considero un artista. Un expresionista. Un ser humano preocupado por sus alrededores y su gente.

Tampoco consideraba la fotografía como algo que tuviese lasos tan íntimos con la rama de las Bellas Artes. 

En la publicidad sin embargo, era distinto.

Para todos los efectos siempre era ese alguien que contrata un fotógrafo y escoge con detenimiento la imagen que va a llevar la voz cantante en una campaña o un esfuerzo publicitario. 

Con el tiempo, me familiaricé con la vida de unos fotógrafos que jamás les había prestado atención.

Bombero, Avenida Fernández Juncos, Santurce, Puerto Rico - 2018

Aunque sabía muy dentro de mí que de la misma manera que encontré el mundo de Vincent Van Gogh, Edvard Munch, Bacon, Wyeth y otros, de pronto, se había aparecido en mi vida un universo nuevo que me estremecía y me llamaba la atención. 

Diane Arbus, Ansel Adams, “Annie” Leibovitz, Robert Capa y Helmut-Newton inundaron mi vida de momento.

Sus vidas trazaron metas y esas metas se transformaron en una camino. Una jornada.

Músico, Calle del Cristo, Viejo San Juan, Puerto Rico - 2018

Había hallado un escenario pleno que me 
identificaba.

Me encontré a mí mismo analizando su obra y en sus imágenes estaba ese sentido de existencia que me cautivaba. 

Desde ese momento, la perspectiva de lo que me rodeaba cambió. 

Como artista no encajaría dentro 
del marco publicitario como antes.

Ahora era distinto.

Mi realidad serían mis calles y el perfil de mi gente, tal y como
Yo las veía. 

Esa jornada que comenzó hace años.

Comencé a caminar sin buscar nada en específico. 

De pronto y sin saberlo, me encontré con las caras de nuestra gente. 

Me topé de frente con sus miradas, su angustia en sus rostros; quién sabe por qué... 

Sentados en las calles, olvidados, enfermos, drogados a plena luz del día. 

Una realidad que siempre estuvo frente a mí y sobre la cual siempre estuve enajenado. 

Tal vez ese es el propósito de mi trabajo. 

Plantear un testimonio visual que ha estado en mi mente durante años con el único interés de que esta visión no pase desapercibida y encuentre un lugar en la conciencia de todos nosotros. 

Las fotos fueron tomadas con Leica X1 y Leica Digilux 3.