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10/01/2018

La música a veces llega de la manera más inesperada...


Como un destello

Así se estremecieron las facilidades de la Torre del Hospital Sarah Westman Davidson en Jerusalén cuando 40 estudiantes de la Academia de Música y Baile del mismo lugar interpretaron el Vals de las Flores de Tchaikovsky.

Un concierto que se desarrolló como parte de una festividad que comenzó en el 2007 y que hoy se extiende a más de 50 países.

Flashmob, un movimiento cibernético que moviliza a personas a un lugar predeterminado para realizar algo único y luego dispersarse rápidamente, dejaron esa huella clásica mientras se acercaban a pacientes en sillas de ruedas conducidos rápidamente por adultos y otros, para disfrutar de unos minutos inolvidables que habrían de perdurar para siempre.

La música tiene ese efecto unificador. Tal y como lo son las artes, la literatura, pintura, fotografía y música como otros nos muestran un camino que nace del alma y se centra en lo más profundo cuando la armonía de los instrumentos eleva nuestra conciencia.

Los estudiantes llegaron de la nada y se fueron ubicando hasta completar prácticamente una mini orquesta urbana cuyo ingrediente clásico pintaba todos los alrededores del Hospital.

Ante todo mal ahí está la música para guiarnos. Para darnos alegría. Para decirnos que sí hay esperanza y que cada paso vale la pena.

El hecho que esto suceda precisamente dentro de estas facilidades es como un mensaje de paz, dentro de los más oscuros horizontes de la vida cuando la salud se quiebra por cualquier razón o circunstancia.

A pesar que hay varios vídeos de este tipo, este en particular me llamó la atención por su valor humano, por la emoción y el baile de la joven que poco a poco iba creando el escenario de clausura para una obra que vivirá por siempre aunque hubiese concluido en aquel momento.

De esto comprendemos el alcance de la magnitud humana, de su talento y la valentía para enfrentar cualquier aspecto de la vida. Para unir y establecer puentes con otras sociedades y otras afinidades.

Ante un mundo que muchas veces nos grita en medio de la desesperación, entre una política deprimente y acosadora encontrar este pequeño grito de esperanza me hace sentir que hay una luz al final de todo este túnel.

Esta actividad se celebró el 13 de marzo de 2013 y cabe decir que los estudiantes de la Academia disfrutaron tanto realizando este concierto, que desde entonces calenda rizaron conciertos anuales en este Hospital.

La Organización Médica Hadassah trata un millón de pacientes anuales sin importar raza, color, religión o lugar de origen.

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