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3/11/2020

No existen las casualidades


Creo que todo tiene una razón de ser. Obviamente hay cosas que no tienen una explicación material o racional. Lo cierto es que nada ocurre sin un sentido aparente.

Hay personas que siempre están cocinando teorías de conspiración y atan unas cosas con otras hasta llegar a una conclusión muchas veces inverosímil.

Pero hay cosas que aun cuando tengan alguna semejanza con este tipo de conceptos, nos dejan la espina, ese sabor a misterio que nos hace cuestionarnos si la realidad aparente es la verdad.

En su última presentación en 60 Minutes de CBS, Andy Rooney dijo: —Creo que si toda la verdad se supiera sobre todo en el mundo sería un mejor lugar para vivir—.

Creo en eso firmemente. La verdad sobre todo en el mundo. Pero eso es una utopía.

 Desgraciadamente sabemos muy poco. 

En la generalidad de las cosas, intuimos cuál es la verdad. ¿Pero, es esa la realidad?

Eso me trae lo que vivimos hoy. Algo que se está viviendo a nivel global: el Coronavirus.

En tan solo un mes tenemos un virus que se ha propagado en todo el hemisferio como pólvora. Según la versión oficial, el pasado 11 de febrero la Organización Mundial de la Salud definió el nombre de esta epidemia como Coronavirus, Covid-19.

De los informes preliminares sabemos que en una comunidad China se descubrieron rastros de animales sobre los que se detectaron preliminarmente su origen. Esa es la información oficial.

De ahí hemos sido testigos del avance de esta epidemia y hasta hoy, en nuestra Isla del encanto nos mantenemos en ascuas y a la expectativa de todas las informaciones relacionadas ante estas circunstancias.

El problema es que así como nos dejamos llevar por los informes oficiales, realmente ¿estamos totalmente seguros que esa es la verdad?

De cierto modo me hace recordar la película de Steven Spielberg, Encuentro Cercano del Tercer Tipo (Close Encounter of the Third Kind).  

En la cinta, el protagonista y actor Richard Dreyfuss tenía visiones recurrentes de un tipo de paraje en donde había como una especie de montaña en el desierto.

Intentando llegar hasta ella, trata de evadir las autoridades pero finalmente lo atrapan para ir acompañado de otros que habían hecho contacto extraterrestre al igual que él. Todos ellos usaban máscaras de gases. Mientras viajaban veían cómo las autoridades habían cerrado perímetros alrededor del paisaje.

El actor en un momento dado se quita la mascarilla y salta del vehículo y de ahí en adelante todo cambia.

Si vamos a los hechos, las autoridades cercaron los alrededores del área por una supuesta contaminación y elementos relacionados que en realidad eran falsos. Lo hacían para mantener fuera a la gente de ese paraje, lo único que no pudieron detener a una pareja cuyo protagonista eventualmente llegaría a su destino.

Dicho eso: ¿podemos confiar plenamente que lo que vemos con respecto a toda esta epidemia es la verdad?¿Confiar a medias?

En realidad no lo sé. Es posible que están diciendo cosas ciertas pero jamás dirán toda la verdad.

Máxime dentro de un juego político en Norteamérica en donde la mentira desde la misma presidencia se ha evidenciado una y otra vez.

Cuando esa misma Nación ha estado en guerra prácticamente todo el tiempo a través de su historia, podríamos pensar que hoy una guerra no se lleva a cabo con ejércitos convencionales. Se lleva a cabo por otro tipo de metodología, mucho más sorpresiva y peligrosa como lo es un virus que se prueba en toda la humanidad como un especie de chantaje global para eventualmente ejercer un dominio político que no hemos visto todavía.

Desde tiempos inmemoriales dentro del transcurso de la historia política reciente en Estados Unidos la idea de un nuevo orden mundial se expresaba en ciertos discurso de estado.

Un nuevo orden que establece las estadísticas poblacionales, diseña armas no convencionales y maneja el control global de cara al futuro.

Tal vez estamos en presencia del preludio de algo que se viene cocinando durante décadas. Pero eso jamás lo sabremos a ciencia cierta.

Lo que sí sabemos es que desgraciadamente este asunto toca hoy nuestras puertas. ¿Cómo le hacemos frente?

Tenemos que estar atentos. Ser metódicos y cambiar de cierto modo nuestra manera común de expresarnos sobre todo al saludar.

Higiene, lavarse constantemente y evitar riesgos innecesarios.

Mientras tanto, no dejar de ser críticos en el análisis. 

Ser positivos. Esto a la larga va a pasar.

Debemos además ser vigilantes. 

Los gobiernos pueden llevar agendas secretas, asuntos que se manejan en cuartos oscuros en donde trazan según ellos cuál debe ser el transcurso de la humanidad y el futuro de la población. 

Pero el espíritu humano es más fuerte que cualquier gobierno.

Y mucho más fuerte que el espíritu humano reside nuestra Fe en Dios y la esperanza para encontrar una salida y sobrevivir en las peores circunstancias.
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