Chef De Cousine / La Hacienda Meat Center - Puerto Rico |
La búsqueda de las expresiones es una forma de estar en sintonía con el espíritu humano.
Con tan solo una mirada podemos genuinamente dar una pequeña muestra de una vida que carga en su interior un sentido humano totalmente distinto a la vida normal que conocemos.
La pobreza que va más allá, la soledad y el abandono nos recalcan un problema socio político que se crece en nuestro entorno y se hace cada vez más profundo.
Un problema latente en cualquier esquina, acera o el entorno sobre en que nos movemos o convivimos.
En medio de avenidas transitadas por miles de vehículos diarios, frente a las iglesias, gasolineras o estructuras abandonadas, ahí están muchas veces durmiendo o sentados pidiendo limosna con heridas graves, la piel corroída y carcomida por la suciedad a la intemperie.
Una población que se ha quedado sola y lejana, aislada en la tecnología.
Literalmente separados dentro de una sociedad que le rinde culto a los correos electrónicos, redes sociales o translaciones bancarias electrónicas.
Según una informes ofrecidos en un reportaje de la cadena de televisión del Gobierno de Puerto Rico, WIPR, más de 140 mil personas de la tercera edad vivían solos desde hace aproximadamente cuatro años. A esto debemos añadirle que gran parte de esa población sufre entre seis a 22 enfermedades.
Además de establecer que la tercera parte de los geriatras en Puerto Rico se han mudado estableciendo su práctica fuera de la Isla.
A base de lo que se desprende de la información editorial en Granma; la tasa de pobreza de Puerto Rico se incrementó de un 44.3% a un 52.3% luego del temible paso del huracán María por la Isla.
Por lo que hoy el asunto de la pobreza es uno de los aspectos sociales de mayor importancia ya que un gran número de personas de la tercera edad se han quedado prácticamente a merced del estado y desprovistos de los servicios básicos teniendo que ajustar sus vidas basada en la dependencia de la caridad y la beneficencia ciudadana.
Es en ese aspecto que la fotografía en las calles es sin duda una síntesis de esos elementos, de esas caras. Seres humanos que aparte de su humildad pertenecen o están dentro de esa partida social de la cual siguen siendo víctimas.
Esto sin entrar en la controversia interminable sobre las pensiones en Puerto Rico y su crisis. Cuando finalmente se destape lo que ha sucedido y lo que va realizar el gobierno, indiscutiblemente se va a erosionar lo poco que le queda o lo que contaba esa población para poder seguir y subsistir más o menos dentro de áreas cuyos costos de vida han aumentado insensible y desproporcionadamente.
El artista verdadero no puede desvincularse de esa realidad. No puede alejarse o vivir indiferente en medio de este proceso como si mirara al otro lado aparentando estar ciego sobre la realidad que le queda en frente.
El artista verdadero se coloca como un corresponsal de su tiempo y manifiesta su sentido de ser.
En mi caso la fotografía me ha permitido eso. Me ha ayudado a expresarme y exponer las caras que están cerca cuando camino y las veo en el diario cotidiano.
Y esa es una virtud y un privilegio que me ha otorgado Dios y la vida que llevo lo cual tomo con humildad pero con respeto. Con la dignidad que merecen todos estos protagonistas dentro de mi espacio fotográfico.
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