La Fotografía

 Instrumento de la más pura expresión

En momentos donde vivimos tantos desaciertos y en muchos casos, momentos sumamente dolorosos, la fotografía se convierte en un vehículo de transformación que inunda nuestro espíritu de mucha satisfacción.

El solo hecho de poder crear mi aventura y caminar con el propósito profundo de buscar la expresión perfecta me coloca sin saberlo en el lugar y en el momento preciso en innumerables ocasiones.

En mi caso, busco al ser humano. Sus expresiones. Su estilo. Donde encuentro un universo que hasta ese instante me era totalmente ajeno.

Ese escenario es único, muchas veces plagado de tristeza y pobreza. En otras, lleno de alegría y pasión.

Es por eso que la fotografía tiene ese ingrediente particular que me acerca a la gente. Al ser humano, a su físico y a veces al trabajo día a día de mis semejantes.

Ahora que en mi vida he llegado a cierta madurez. Al menos he podido comprender a mi prójimo. Entender realmente que no soy el único en el mundo que padece y siente.

Eso me ha hecho ser extremadamente selectivo con mis fotos. Al momento mismo de compartirlas sé que comparto las penas o las alegrías de otros.

A estas alturas, cuando en mi vida hay tantas cosas que quiero hacer y tan poco tiempo, la fotografía es como si fuese mi acompañante.

Me sirve de apoyo y me ayuda a comunicar lo que siento. A exponer cierta perspectiva de las cosas. Tal vez, desde otro punto de vista. 

No intento ni quiero ser mejor que nadie. Ni abrumar las cosas y sitios de Internet con mi expresión. Simplemente quiero seguir una jornada. Un camino. No tanto como artista que juega distintas bases y no se decide.

Sino como ser humano. Como puertorriqueño que ama a su gente. Que ama las calles y los rincones de mi tierra. Ese es mi propósito. Sobre él descanso y utilizo mis cámaras. Las utilizo como un vehículo que me lleva a lo mejor de cada uno de nosotros que es nuestro espíritu.