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4/02/2020

Atesorar la vida y de paso: meditar un poco.


En momentos donde la ansiedad domina nuestro entorno, tal vez es el momento de parar aunque sea un poquito y meditar a solas.

Olvidemos pasar la mayor parte del tiempo intentando buscar una respuesta o encontrar algún culpable sin tan siquiera imaginar que perdemos de perspectiva lo más importante: seguir viviendo.

Estamos en pie de lucha. Estamos vivos. Obviamente la incertidumbre nos mata o nos trae de momento esa pesadumbre de no saber hacia dónde vamos.  

Sabemos que es un sendero que tenemos que darle el frente. Sin temor y ambigüedades. 

Las cosas que nos afectan, sean frustraciones, errores o fracasos debemos atenderlos sin temor alguno. Sin excusas y sin miedo.

No pretendo parecerme a un sicológico, mucho menos entrar en un tipo de sicoanálisis de la conducta humana. Simplemente es una opinión. 

Para una persona de 58 años que ha vivido ciertas cosas, les tengo que admitir que jamás en lo que tengo de vida pensé estar viviendo este panorama. 

Como a todos, me cogió por sorpresa y les confieso; han habido momentos que lo único que quiero es desaparecer.

Pero de pronto reflexiono y caigo en tiempo, ¡tenemos que ser fuertes! ¡Esto va a pasar!

Debemos mantener nuestra Fe intacta.

No importa en lo que creas. No importa tampoco si no crees. De hecho, respeto aquellos que no son creyentes. Pero aun la gente que no cree muchas veces mantienen una Fe positiva. 

Tenemos que tener esperanza, y la noción de que hay fuerzas positivas que iluminan cada uno de nuestros pasos.

En mi caso, Yo sí creo y estoy seguro que hay una fuerza divina que está presente, que nos guía y nos alienta. Nos da la fuerza vital que definitivamente necesitamos para seguir adelante.

Debemos ser agradecidos. Primero por estar vivos. 

Son tantas las bendiciones que a pesar de tenerlas de frente no nos damos cuenta. 

Miremos hacia el lado y te darás cuenta de lo bendecidos que somos. 

Es por eso que dar gracias es tan importante. Por todo lo que nos rodea, nuestro trabajo, nuestros estudios, nuestros alimentos, nuestro deseo de seguir luchando. 

Dar gracias por nuestra familia, nuestras amistades, por aquellos que no nos quieren y también por los que no. Eso es parte de la vida. Como dicen, no somos un billete de mil y no le caemos bien a todo el mundo.

Tenemos que aprender a ser uno mismo. Mucha gente tiende a fingir. Nos saludan y se sonríen pero sabemos profundamente que ahí no hay nada genuino. Sabemos lo que se esconde y que su saludo no tiene absolutamente ningún valor.

Los detectamos pero no los despreciamos porque para nosotros nuestro prójimo es tan importante como nosotros mismos.

Ser cortés y amable no implica ser hipócrita. Tampoco tenemos que humillarnos o ser de cierto modo serviles con quiénes nos utilizan. Pero tenemos que ser valientes. Tener el valor de enfrentarlos no significa que seamos irrespetuosos. Significa que distinto a ellos no somos hipócritas, no utilizamos a nadie ni nos escondemos para tapar la verdad.

Busquemos ser positivos. Siempre hay soluciones. Aun en los momentos más críticos, a pesar de lo duro que pueda ser, siempre aprendemos algo. Nos enseñan un camino. Nos ayudan a ser mejores seres humanos. 

Con ello aprendemos a ver la claridad y entender que en las peores circunstancias siempre hay una oportunidad. Dentro de lo negativo siempre hay algo positivo. Saber que al final siempre hay algo bueno que nos espera.

Ser constante y tener disciplina. Empezar algo y terminarlo.  Tratemos de no dejar las cosas a medias e inconclusas. Al principio es fuerte; a veces muy difícil. Ser constantes nos ayuda a abrirnos paso, a entender que al final encontramos lo que buscamos. Pero para ello debemos ser disciplinados y llevar a cabo proyectos a tiempo y el esmero.

Siempre habrán tentaciones y distracciones que nos hacen desviarnos. Pero esa misma disciplina nos ayuda a enfocarnos. A trazar unas metas y cumplirlas.

Cree en Ti. Hay gente te dirán que no puedes. Que no tienes el talento. Te impiden la entrada. Con el tiempo he aprendido a confiar en mi criterio propio. A ceder cuando estoy equivocado y luchar por mis ideas cuando sé que es el camino correcto.

De eso se trata. Creer en uno es darse el valor. Mantener una auto estima alta no importa las circunstancias. 

No somos perfectos. Somos seres humanos que podemos romper esquemas. Sobre todo teniendo en cuenta la capacidad que nos ayuda a seguir viviendo.

Para terminar, meditemos en nuestro interior. Esta mañana sentía que me habían robado mi vida. Lo cierto es que no me la robaron, es que nuestra vida ha cambiado. No sabemos y no creo que en este mundo nadie sepa con exactitud el tiempo que coja salir de este coronavirus, COVID-19.

Este escenario nos obliga a ser responsables. No tan solo con uno mismo sino con los demás. El cierre lamentablemente no es necesario: es indispensable. Pero esto mismo que nos sucede le está pasando a cientos de miles de personas. 

No estamos solos en esto. Lo cual debe ayudarnos a reflexionar para lograr ser cada día mejores seres humanos.

No hay otra opción.

Ante ello, los insto a que se cuiden, a que se cubran y se mantengan informados y atentos.  Cuidemos a nuestros seres queridos y no tomen riesgos innecesarios. 

Y seguir adelante con Fe y esperanza, que esto en algún punto va a terminar. Aun en momentos en que nos llegue el desespero piensen que la salud es más importante que el dinero. Cuando no hay salud, no hay nada que hacer.

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