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4/28/2020

Abrir o no abrir ¿quién se va a ser responsable de un repunte mortal?

Milla de Oro - Hato Rey - Puerto Rico

OPINIÓN — Por un lado, el sector privado busca sus aliados y coloca todas fichas y sus estrategias para abrir los comercios y las empresas paulatinamente.

En las redes sociales han creado grupos de asesores financieros en donde la expresión constante es que si no comenzamos abrir, la economía va a colapsar.

Expresiones que incluyen a medianos y pequeños comerciantes, quiénes están convencidos que este es el momento de reabrir sus puertas y comenzar el inicio de un repunte socioeconómico.

El gobierno, que no se queda atrás, utiliza esto como punta de lanza, toda vez que se les va la vida en términos políticos, parece aliarse indirectamente con dichas expresiones y comienza de cierto modo a ceder y a flexibilizar el operativo industrial y comercial en vías de una supuesta reapertura.

En momentos en donde los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud no se han cumplido, nuestro gobierno empieza a ceder sus principios en aras de unas alianzas financieras y de aportaciones políticas cuyo único fin es darle a la industria precisamente lo que quieren: que termine el toque de queda y se reabran las puertas al público.

No sé cómo funcionan estas cosas en otros Países hermanos pero en Puerto Rico les puedo decir que es irresponsable pretender que a simple vista la curva de esta enfermedad haya cedido cuando la realidad es que no tienen la noción tan siquiera del conteo para realizar las pruebas y establecer medidas estratégicas para evitar la propagación de esta enfermedad.

En momentos en donde un gobierno ineficiente mantiene un operativo de estado con un estigma de corrupción por haber intentado apropiarse de millones de dólares destinados a recursos y la compra urgente de pruebas, pretenden que confiemos ciegamente en sus decisiones para reabrir los comercios y las empresas.

Y es en ese hecho en particular que se equivocan.

Nuestro pueblo es inteligente. No es estúpido. Conoce bien a sus políticos y sabe cuáles son sus verdaderas intenciones.

Piensan que podríamos confiar plenamente en un informe reciente, suscrito por el grupo asesor técnico (“task force”) que intenta establecer los parámetros para un supuesto proceso de reapertura y regreso a la normalidad.

Distinto al sector privado, al menos este grupo propone que hasta que no haya una vacuna o un tratamiento efectivo en contra de la enfermedad no se puede regresar a una normalidad total como le llaman.

Pero aun cuando el documento establece un tipo de reapertura en cuatro etapas, la idea misma de manejar unas guías entre empresarios dentro de un núcleo laboral que en muchos casos no respetan las normas y las leyes estatales, sustraídos por una matrícula que subyace con uniones obreras desarticuladas, propone ciertamente un riesgo de orden público a la población.

El 23 de abril pasado, el movimiento — Puerto Rico nos toca a todos — que está compuesto por miembros del sector privado y organizaciones sin fines de lucro, enviaron una carta a la gobernadora Wanda Vázquez, para pedirle que reactive la economía tras dos meses de cierre en la actividad comercial.

Según lee la carta, dicen ellos que “estamos preparados para sumir nuestra responsabilidad inmediatamente mediante un plan estructurado con los debidos procesos y protocolos”.

Esto, en momentos cuando el Departamento de Salud de Puerto Rico indica que al presente hay 1,400 casos reportados de infectados y 56 muertes como consecuencia del COVID-19 en la Isla.

Pero eso es de lo que se sabe, basado en cifras que no están adjudicadas al momento y menos aun con una data viable de posibles ciudadanos que le hayan administrado las pruebas.

Decididamente este es un momento en nuestra historia en donde el curso y la incompetencia del estado cuesta vidas.

La ausencia de un gobierno preciso y honesto, que pudo desde meses atrás, intuir la probabilidad de una propagación real de esta enfermedad, deja al descubierto una flagrante irresponsabilidad.

La falta de transparencia en la adjudicación de contratos para la adquisición de pruebas y material esencial en centros hospitalarios, la corrupción y el desvío de fondos para apropiarse descaradamente de fondos públicos y federales proponen un panorama de gobierno que no está capacitado para enfrentar esta pandemia.

La incompetencia de los Secretarios de Gabinete en implementar estrategias y recursos que son sustantivos para ayuda a los más vulnerables, incide en el menosprecio ciudadano de nosotros los puertorriqueños hacia los políticos de turno y sus decisiones.

A ello se le suma esa intención descabellada de grupos empresariales que piensan que con la firma de un documento en blanco y negro por el estado van a poder operar con relativa normalidad sus comercios y empresas sin mediar consecuencias peligrosas en nuestra Isla.

Estoy seguro que cuando llegue el momento de la verdad y haya un repunte de este virus y nos aleje en un marco de tiempo imprevisible para llegar a esa normalidad como ellos le llaman, ninguno de estos paladines del comercio se van a ser responsables de las infecciones y mucho menos de las fatalidades.

Y el gobierno una vez más brillará por su ausencia o se habrá de escapar al amparo de esos tecnicismos legales que siempre protegen a los corruptos y la gente incompetente del estado que le han robado la vida a este pueblo.
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4/16/2020

La vida vale mucho más que el dinero


Si algo ha sido evidente con todo lo que está sucediendo es que ricos y pobres están bajo un mismo escenario. Bajo un mismo techo.

La cuestión social y la desigualdad, aunque evidente nos deja ver que ante una crisis de esta magnitud, donde la vida está en juego, todos somos iguales bajo un esquema de distanciamiento y temor constante.

Y el tener dinero no lo hace diferente.

Obviamente, tener un caudal debe ser algo extraordinario para algunos. Para los mismos que aman el dinero.

Pero se les olvida que la verdadera abundancia no está en la riqueza material. La verdadera abundancia está en el espíritu. La nobleza, la humildad y la fortaleza de carácter.

Está en la dignidad y el respeto. En favorecer la verdad antes que la mentira. En ayudar y no rechazar. 

Está en la naturaleza, el sol, el océano y el cielo. Las nubes y cuando cae la noche que comienza la nostalgia y el calor del hogar.

Materialmente suena muy poético. Muchos dirán que de las palabras o los pensamientos no se vive. Cierto. Hay que comer y traer el pan a la mesa.

Para eso está el trabajo. La encomienda diaria. Lo que hacemos para desarrollar nuestras vidas comúnmente.

Pero eso es distinto al frenesí de amansar una fortuna.

Una vez alguien me dijo que “el dinero no hace la felicidad pero hace la infelicidad más divertida”. El problema es de qué vale si no dejas de ser infeliz.

A veces puede ser hasta trágico. Una vez fui testigo de cómo tuvo un accidente mortal una persona extremadamente acaudalada.

Unas circunstancias que dejó a este ser humano, con muerte cerebral en apenas segundos.

Cuando murió, no se pudo llevar su yate, el carro, la casa, prendas y otros bienes.

Lo que trato de decir es que en la vida, sobre todo, cuando hoy estamos en medio de esta pesadilla, tenemos que tener un balance. Un equilibrio.

En momentos cuando todo a nuestro alrededor parece derrumbarse, la única forma de alcanzar ese balance es precisamente buscar en nosotros mismos aquello que es importante.

Naturalmente el dinero es esencial, pero no debemos ser esclavos del capital y mucho menos de la acumulación de la riqueza.

En Puerto Rico por ejemplo, hoy somos un mal ejemplo en términos del manejo de los fondos públicos y federales destinados a instituciones como el Departamento de Salud ante un intento descabellado de apropiación y malversación en medio de esta pandemia.

Al mirar al extranjero, vemos una presidencia inexperta, cuyos actos tardíos les han traído la desdicha y el desdén a centenares de miles de estadounidenses.

El no hacer las cosas a tiempo amparándose en intuiciones incorrectas de un presidente que aborrece el cambio climático, los ha llevado a confrontar unas circunstancias críticas en donde los efectos a largo y corto plazo los vemos diariamente en los principales canales nacionales de noticias.

Mientras que otras naciones en el mundo tomaron acción desde el primer momento que iniciaba esta crisis, Estados Unidos lo cogió a broma y no le dio la importancia indicando que eso estaba supuestamente contenido de algún modo.

Con todo el dinero del mundo, no lo pudieron detener. Tenerlo todo es a veces como no tener nada.

El tiempo de cada uno tiene que estar sujeto por cosas más profundas que el dinero.

Decididamente tenemos que trabajar, tener un ingreso y vivir de la mejor manera que podamos.

No perder de perspectiva que la vida, nuestra salud física y mental depende de esa noción. Tener más de lo que necesitamos con lujos y acomodo no nos garantiza absolutamente nada máxime ahora.

En la inmensa mayoría de las circunstancias, el dinero viene acompañado del poder y la mezquindad.

En estos días es preciso ver la negación de empresas que adquirieron fábricas de ventiladores en Estados Unidos con el único propósito de negarse a vender y distribuir estos artefactos en Cuba.

Intentan mantener su poderío monetario y político aun ante esta pesadilla global.

Distinto a cultivar la humanidad y estrechar lazos y buscar alianzas es todo lo contrario.

Ante todo, nuestra principal prioridad es cuidar de nuestra salud y la de nuestros familiares. 

Por lo que a pesar de todo, los insto a que manejen sus prioridades de acuerdo a un sentido humano. Un sentido en donde el dinero no sea más importante que la salud o la condición humana.

Siempre hay alternativas y puertas que se abren en el peor de los casos.

Cuando sientan que no hay luz al final del túnel, cierren sus ojos, mediten un poco, den gracias y respiren y exhalen lenta y profundamente. 

Al abrir lo ojos piensen en aquello que los hizo sentir alegría en un momento dado. Disfrútenlo y dejen en su espíritu la sensación placentera que en algún punto esto que nos sucede poco a poco se va a ir. Mientras tanto, nos mantenemos de pie, con Fe y esperanza sin pensar que el dinero son las muletas para seguir viviendo.

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4/11/2020

El legado de China


Recientemente estaba escuchando y viendo por las redes, el programa que se transmite por HBO de Bill Maher, Real Time en donde en el último segmento "New Rules"  que es un resumen jocoso y crítico de lo que acontece diariamente, salió a relucir el tema de China.

Precisamente, en esa parte final de su programa, Bill Maher se expresó sin temor alguno sobre muchas de las cosas que pensamos pero que de cierto modo no nos atrevemos a decir o a tocar directamente en relación al Coronavirus, COVID-19.

Creo que decir la verdad no implica ser racista. No tengo ningún problema con los chinos tampoco intento generalizar de forma alguna sobre la población china. De igual forma, no pienso mal de los norteamericanos, colombianos o cualquier otra parte del Planeta que no sea que le hagan daño al mundo y a la sociedad.

Pero no podemos hacer es tapar el cielo con la mano o pasar por alto lo que ha creado esta emergencia a nivel global.

Ayer en las noticias trascendió que la dictadura china sabía según informes de inteligencia la amenaza de este virus desde noviembre. Lo cual nos hace pensar profundamente en una dictadura cuyas lazos con el mundo actual se quiebran constantemente.

Lo peor de todo es que mucho más que la aptitud de cooperación humana, como he escrito anteriormente, en el mundo, los Países y las Naciones deben estar alertas ante un lugar en donde los mercados negros comienzan abrirse nuevamente sin mediar absolutamente consecuencia alguna.

Mercados que la dictadura debió clausurar de inmediato. Es por eso que la voz de Bill Maher ante este escenario me parece importante y necesaria para comprender un lado de moneda sobre el cual nadie habla.

He tratado de traducir parte de sus expresiones más sobresalientes. Aquí se las dejo:

Dice Bill Maher: — Científicos, sí, científicos son bastante liberales en general.   
Ellos han estado nombrando enfermedades con sus nombres después de haber estado en esos lugares desde donde surgieron durante mucho tiempo.  
Por ejemplo, Zika es del bosque Zika, Ébola del río Ébola, Hantavirus del Río Hanten.   
El virus del Nilo Occidental y el gusano de Guinea como la fiebre de las Montañas Rocosas y por supuesto, la gripe españolaMERS, que significa el síndrome respiratorio del Medio Oriente; enyesado en todos los aeropuertos.   
Nadie intenta bloguear sobre eso.  
Entonces ¿por qué dejar que China pase con ficha?  
Me da miedo que haya personas por ahí que prefieran morir por el virus que llamarlo por su nombre. No se trata de desprestigiar una cultura. Se trata de hechos que se tratan de la vida y la muerte
Apenas llevamos cuatro meses con esta pandemia y los mercados húmedos en China donde se venden y consumen estos animales exóticos ya están comenzando a reabrir.  
La política dice que es racista atacar cualquier práctica cultural que sea diferente a la nuestra. Pero no es racista señalar que comer murciélagos es una locura.  
En 2007, investigadores de la Universidad de Hong Kong escribieron que comer animales exóticos en el sur de China es una bomba de tiempo.  
El doctor Foul Qi dice que deberíamos forzar un cierre global de los mercados húmedos porque la crisis actual es resultado directo de ellos.  
El lunes, el jefe interino de biodiversidad de la ONU dijo lo mismo.  
Así pues; qué pasa si la gente o alguien dice y escucha virus chino o culpa a China?  
La respuesta es que debemos culpar a China. No culpar a estadounidenses de origen chino.
No podemos dejar de decir la verdad porque racistas tengan una idea equivocada. Siempre habrá idiotas por ahí que quieran complacer sus prejuicios, pero esto es una emergencia.  
Al mismo tiempo, esto no tiene nada que ver con los asiático-americanos; pero tiene todo que ver con China.  
Ya no podemos permitirnos el lujo de no juzgar a un país por sus hábitos que matan a millones de personas en todas partes. Y esta no es la primera vez.   
El SARS vino de China  
La gripe aviar y la gripe de Hong Kong.  
Los virus de la gripe asiática provienen de China, como el campo corto de la República Dominicana.  
Siempre nos estamos quejando de cómo China manipula bien su moneda. No soy un experto monetario, pero creo que estarían de acuerdo en que esto perjudicará a nuestra economía un poco más que la manipulación por ejemplo de los automóviles.  
China es una dictadura que durante décadas ha impuesto la política de un hijo por familia, bajo pena de esterilización forzada.   
Esa misma dictadura necesita usar ese puño de hierro y golpearlo como si todo el mundo dependiera de eso, porque lo cierto es que dependemos de eso —.

No tratamos de generalizar mucho menos intentamos desprestigiar una cultura. Pero de la misma forma que las dictaduras son tan fuertes mancillando lo que conocemos como derechos ciudadanos, de la misma forma deberían ser igualmente intolerantes y fuertes clausurando para siempre unos mercados que evidentemente le han cambiado la vida a millones de personas incluyendo la mía.

4/09/2020

Un rayo de esperanza se nos va…

Bernie Sanders en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico durante su campaña en 2016.
Foto: JCarlo para la Otra Cara.

El miércoles pasado, el senador por Vermont, Bernie Sanders decidió ponerle fin al esfuerzo por llegar a la Casa Blanca, finalizando así la contienda en primarias para la presidencia de Estados Unidos.

En ese sentido, la maquinaria del Partido Demócrata pudo más. 

Dentro de una plantilla que en un momento dado agrupó a 25 candidatos, Bernie Sanders, daba cátedra de su empuje a todos, entre ellos: Elizabeth Warren, Pete Buttigieg, Joe Biden, Tulsie Gabbard, Amy Klobuchar y Tom Steyer incluyendo un octavo candidato que cortó el cerco utilizando recursos impensables como millonario: Mike Bloomberg.

Este último, en un momento dado en el juego donde el Partido Demócrata fracasaba en encausar y hacer temblar los cimientos de una presidencia republicana aferrada al poder sin absolutamente consecuencia alguna.

En cambio, Bernie Sanders  acaparaba el entorno político sin mucho esfuerzo. Su carisma y su presencia detenían la rueda y estremecían el ambiente. 

No necesitaba el apoyo de billones y su voz retumbaba y hacía temblar las paredes sin mediar extremos en gastos en los medios con expresiones que poco a poco agrietaban los cimientos de una presidencia fundamentada en la mentira y el fraude.

Pero eso es parte nada más.

La estructura del Partido Demócrata distinto a Bernie Sanders, no ha pudo capitalizar en cada uno de sus intentos para destruir la presidencia republicana. 

De hecho, ante gran parte de la población sobre todo, el sector mayoritario que ve al presidente como su salvador, el Partido Demócrata quedó en ridículo en cada una de los intentos y acusaciones de ilegalidad que poco a poco murieron al momento de la verdad. 

Con la ausencia de Bernie Sanders y el apoderamiento de Joe Biden del apoyo institucional de su partido, debemos admitir que el Partido Demócrata no ha podido comprender aun a lo que se enfrenta.

Y ya es un poco tarde para comprenderlo.

En medio de la crisis que vivimos hoy, la voz de Bernie Sanders retumbaba como un grito de igualdad necesario para enfrentarnos al futuro. 

El llamado a la desigualdad sobre los planes médicos con la idea de implementar un seguro universal destruía las posibilidades de una candidatura que el sector de altas finanzas en Estados Unidos tildó como un empuje socialista.

La justicia salarial y el cobro de préstamos estudiantiles al parecer no cuajó dentro de una estructura política como el Partido Demócrata, cuyos vínculos con los altos intereses financieros habrían de impedir y obstaculizar cualquier intento de movida de justicia a esos fines.

Sus expresiones y críticas a un entorno establecido cuyas características de avanzada resultaban ser obsoletas calaron profundamente en la comodidad, superficialidad y aptitudes conservadores que claramente llevaran a Donald Trump a la presidencia nuevamente.

Los candidatos derrotados junto a un cúmulos de conservadores demócratas le dieron la espalda a un movimiento joven, dinámico y luchador, que llevaba en su interior cambios trascendentales ante un mundo social y económico que es radicalmente opuesto a sus posturas.

Hemos visto por ejemplo, que las respuestas del ex vicepresidente, Biden ante este marco histórico y la amenaza de esta enfermedad han sido insuficientes y mucho menos con la fortaleza necesaria para romper esquemas para atender este asunto.

Hemos sido testigos de instancias en donde este candidato insulta y deja ver su menosprecio a aquellos que no comulgan con algunas de sus posturas.

Patéticamente el Partido Demócrata, ahora se juega un futuro que lo habrá de cambiar todo. Con la ausencia de una voz disidente en medio de una crisis sin precedentes recientes en la historia global. 

Los medios no le pueden hacer el trabajo al Partido Demócrata.

En momentos cuando el Coronavirus (COVID-19) cruce el peldaño y baje definitivamente la curva, la parte política y el tiempo se acorta. 

Las elecciones se acercarán cada día más.

Si lo que aconteció en Iowa se repite, el Partido Demócrata habrá perdido toda probabilidad de recuperarse ante un juego en que se le va la vida no tan solo a un pueblo estadounidense que rechaza las posturas de esta presidencia sino a nuestro territorio que desgraciadamente habrá de sufrir unas consecuencias reales que no hemos visto todavía.

 —In Iowa last week, it was a disaster of a feud that beggars my ability to describe. The collapse of that technology platform is not something that’s going to beset republicans in November, who have a light-years distance in the technology gap between their side and the democratic side”

Lo peor es que todo ese desastre que se vislumbra en términos del alcance demócrata va a suceder sin una persona clave para enfrentar la maldad y el desprecio de una presidencia que jamás debió llegar.
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4/06/2020

El valor de la verdad en tiempos del COVID-19



Le adjudicamos tal vez a la ciencia todas las respuestas posibles acerca de la verdad.

Es posible que de cierta manera nos equivocamos al asumir que el rol científico principalmente tiene que ver con la búsqueda de la verdad.

Aun cuando la ciencia intenta construir un conocimiento pleno sobre el cómo, cuándo y por qué funcionan las cosas naturales en nuestro mundo, lo cierto es que hay una infinidad de verdades.

Nos encontramos de pronto con la parte religiosa, los aspectos de Fe y esperanza que avivan el espíritu, los cuales la ciencia los pasa de largo y los mira de reojo pues no tiene una explicación científica sobre estos temas.

Visualizamos además la verdad que sugiere la parte cultural, la devoción, creencias y valores en áreas del mundo que no nos imaginamos que existen y que en ese sentido la presencia de la verdad sugiere en gran medida la subjetividad.

Sin embargo ¿qué sucede con la verdad política?

En lo que concierne a la política, la ciencia mira hacia el lado de la hipótesis y la validación de hechos naturales. No toca los aspectos relacionados al poder y el manejo colectivo de los pueblos.

Lo irónico es que dentro del escenario en el que vivimos hoy, la parte científica ha tenido que asumir un rol protagónico y presencial ante la magnitud del coronaviurus, COVID-19.

En Puerto Rico por ejemplo, la ciencia hace su aparición en distintas comparecencias públicas, con médicos o personal a cargo de la salud pública del territorio al igual que expertos en laboratorios y genética en medio de entrevistas y expresiones que se citan constantemente en las redes sociales.

Aparecen públicamente al lado de los exponentes de la política local instando las normativas referentes a lo que sucede día a día con este panorama del virus para informar entre otras cosas nuevos ordenamientos y leyes que cierran y cancelan las opciones de la vida normal ciudadana.

Pero lo cierto es que el gobierno no tiene muchas opciones. 

Mientras los científicos en términos de la supervivencia en materia de salud pública se manifiestan nos llega de vuelta ese abismo fantasmal de la corrupción cuando se descubren almacenes repletos de medicamentos caducados desde que nos azotó el huracán María.

Hemos sido testigos en nuestra Isla además de la falta de empuje del escenario legislativo cuyos exponentes al culminar las conferencias de prensa en donde asisten muchos de ellos, se quitan las caretas y los guantes y comienzan a vacilar entre ellos.

No ha habido ni tan siquiera una legislación favorable hacia los empleos que se han quedado en el limbo cuando miles de trabajadores han perdido horas o en definitiva, sus empleos en ambos sectores; privado o público.

En medio de un proceso electoral que no va a ocurrir por estas mismas circunstancias, la gobernadora de facto incide en negar cualesquiera circunstancias de hallazgos o de hechos que pudieran tener un impacto negativo a su candidatura.

En todo caso, si pudiéramos ponderar las consecuencias de la verdad podríamos concluir que en lo que concierne a la vida política de nuestro pueblo no existe la veracidad sino la complicidad y el acomodo de las apariencias.

Al otro lado del charco, esas presentaciones teatrales de una presidencia que se ha consagrado a través de la mentira aparece cada día en las tardes para recitar lo bien que lo están haciendo y las consecuencias y estadísticas de quiénes hasta ahora aumentan la curva de muertos o positivos.

Vemos los ademanes del presidente y su lenguaje corporal mientras los medios nacionales lanzan sus cuestionamientos pero la verdad en este caso se queda flotando en algún lugar cuando cada respuesta resulta ser un atajo para salir del paso o la evasión del presidente alegando los mismos estribillos sobre una prensa que nunca le ha favorecido.

El desconcierto de esta administración es tal sobre el manejo de esta crisis que la mayoría de sus respuestas dependen de la afinidad política del presidente con ciertos Estados. Esto en medio de una Nación que se barajan el futuro y la vida de sus ciudadanos.

La incertidumbre y la falta de expresiones certeras de esta administración han puesto en la cuerda floja la conciencia ciudadana en Estados Unidos cuando los hechos sugieren la falta de verdad como estrategia para permanencia en el poder.

Es espantosamente negativo manejar los hechos cuando lo cierto es que esta presidencia conocía sobre esta amenaza prácticamente desde sus comienzos, en diciembre.

La verdad política es infalible y espantosamente negativa cuando los hechos sugieren y contradicen los manejos y las expresiones del gobierno y el estado.

En ese sentido, como decía mi abuela — con la verdad no se juega.

Lamentablemente estos políticos aun hoy no aprenden la lección.

Nota: primero, ¡gracias por leer!, segundo: deben estar informados y seguir las normas de salud para ustedes y sus seres queridos. No tomen riesgos innecesarios y por favor:

¡Muchos saludos a todos y que sigan bien!

4/02/2020

Atesorar la vida y de paso: meditar un poco.


En momentos donde la ansiedad domina nuestro entorno, tal vez es el momento de parar aunque sea un poquito y meditar a solas.

Olvidemos pasar la mayor parte del tiempo intentando buscar una respuesta o encontrar algún culpable sin tan siquiera imaginar que perdemos de perspectiva lo más importante: seguir viviendo.

Estamos en pie de lucha. Estamos vivos. Obviamente la incertidumbre nos mata o nos trae de momento esa pesadumbre de no saber hacia dónde vamos.  

Sabemos que es un sendero que tenemos que darle el frente. Sin temor y ambigüedades. 

Las cosas que nos afectan, sean frustraciones, errores o fracasos debemos atenderlos sin temor alguno. Sin excusas y sin miedo.

No pretendo parecerme a un sicológico, mucho menos entrar en un tipo de sicoanálisis de la conducta humana. Simplemente es una opinión. 

Para una persona de 58 años que ha vivido ciertas cosas, les tengo que admitir que jamás en lo que tengo de vida pensé estar viviendo este panorama. 

Como a todos, me cogió por sorpresa y les confieso; han habido momentos que lo único que quiero es desaparecer.

Pero de pronto reflexiono y caigo en tiempo, ¡tenemos que ser fuertes! ¡Esto va a pasar!

Debemos mantener nuestra Fe intacta.

No importa en lo que creas. No importa tampoco si no crees. De hecho, respeto aquellos que no son creyentes. Pero aun la gente que no cree muchas veces mantienen una Fe positiva. 

Tenemos que tener esperanza, y la noción de que hay fuerzas positivas que iluminan cada uno de nuestros pasos.

En mi caso, Yo sí creo y estoy seguro que hay una fuerza divina que está presente, que nos guía y nos alienta. Nos da la fuerza vital que definitivamente necesitamos para seguir adelante.

Debemos ser agradecidos. Primero por estar vivos. 

Son tantas las bendiciones que a pesar de tenerlas de frente no nos damos cuenta. 

Miremos hacia el lado y te darás cuenta de lo bendecidos que somos. 

Es por eso que dar gracias es tan importante. Por todo lo que nos rodea, nuestro trabajo, nuestros estudios, nuestros alimentos, nuestro deseo de seguir luchando. 

Dar gracias por nuestra familia, nuestras amistades, por aquellos que no nos quieren y también por los que no. Eso es parte de la vida. Como dicen, no somos un billete de mil y no le caemos bien a todo el mundo.

Tenemos que aprender a ser uno mismo. Mucha gente tiende a fingir. Nos saludan y se sonríen pero sabemos profundamente que ahí no hay nada genuino. Sabemos lo que se esconde y que su saludo no tiene absolutamente ningún valor.

Los detectamos pero no los despreciamos porque para nosotros nuestro prójimo es tan importante como nosotros mismos.

Ser cortés y amable no implica ser hipócrita. Tampoco tenemos que humillarnos o ser de cierto modo serviles con quiénes nos utilizan. Pero tenemos que ser valientes. Tener el valor de enfrentarlos no significa que seamos irrespetuosos. Significa que distinto a ellos no somos hipócritas, no utilizamos a nadie ni nos escondemos para tapar la verdad.

Busquemos ser positivos. Siempre hay soluciones. Aun en los momentos más críticos, a pesar de lo duro que pueda ser, siempre aprendemos algo. Nos enseñan un camino. Nos ayudan a ser mejores seres humanos. 

Con ello aprendemos a ver la claridad y entender que en las peores circunstancias siempre hay una oportunidad. Dentro de lo negativo siempre hay algo positivo. Saber que al final siempre hay algo bueno que nos espera.

Ser constante y tener disciplina. Empezar algo y terminarlo.  Tratemos de no dejar las cosas a medias e inconclusas. Al principio es fuerte; a veces muy difícil. Ser constantes nos ayuda a abrirnos paso, a entender que al final encontramos lo que buscamos. Pero para ello debemos ser disciplinados y llevar a cabo proyectos a tiempo y el esmero.

Siempre habrán tentaciones y distracciones que nos hacen desviarnos. Pero esa misma disciplina nos ayuda a enfocarnos. A trazar unas metas y cumplirlas.

Cree en Ti. Hay gente te dirán que no puedes. Que no tienes el talento. Te impiden la entrada. Con el tiempo he aprendido a confiar en mi criterio propio. A ceder cuando estoy equivocado y luchar por mis ideas cuando sé que es el camino correcto.

De eso se trata. Creer en uno es darse el valor. Mantener una auto estima alta no importa las circunstancias. 

No somos perfectos. Somos seres humanos que podemos romper esquemas. Sobre todo teniendo en cuenta la capacidad que nos ayuda a seguir viviendo.

Para terminar, meditemos en nuestro interior. Esta mañana sentía que me habían robado mi vida. Lo cierto es que no me la robaron, es que nuestra vida ha cambiado. No sabemos y no creo que en este mundo nadie sepa con exactitud el tiempo que coja salir de este coronavirus, COVID-19.

Este escenario nos obliga a ser responsables. No tan solo con uno mismo sino con los demás. El cierre lamentablemente no es necesario: es indispensable. Pero esto mismo que nos sucede le está pasando a cientos de miles de personas. 

No estamos solos en esto. Lo cual debe ayudarnos a reflexionar para lograr ser cada día mejores seres humanos.

No hay otra opción.

Ante ello, los insto a que se cuiden, a que se cubran y se mantengan informados y atentos.  Cuidemos a nuestros seres queridos y no tomen riesgos innecesarios. 

Y seguir adelante con Fe y esperanza, que esto en algún punto va a terminar. Aun en momentos en que nos llegue el desespero piensen que la salud es más importante que el dinero. Cuando no hay salud, no hay nada que hacer.

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