Mi crítica: "The Joker"

En esencia fue similar a presenciar la trágica fatalidad de una Ópera llevada a la pantalla grande. 

Desde la devastación de una sociedad que se come a sí misma con la basura, la burla y el desprecio; el personaje principal ya no es la mera representación convencional de lo que hemos visto con estereotipos de villanos y héroes entre el bien y el mal.

Su papel rompe el esquema trillado para devolverle el drama y la profundidad humana de una vida que arrastra los desechos de una infancia sumergida en lo peor que nos podemos imaginar.

La parte social muere porque en esencia no hay salida; la injusticia de un universo patético cuyo trabajo social es inexistente poco a poco se lo va llevando a un desenlace que no es previsible pero sí aterrador.

Desde el inicio de la cinta, el personaje lucha por sobrevivir en medio del acoso, la burla siendo víctima de actos de una violencia atroz, desmedida y cruel. 

Cabe destacar que en la forma en que está expuesta cada escena, el espectador es parte de un universo urbano que poco a poco se va transformando.

Digo eso por el hecho que el personaje, por las circunstancias de su vida, en momentos toma la justicia en sus manos y para cualquier efecto el resultado de la sociedad en que convive lo resalta con el disfraz de payaso como cuando alguien sin saberlo se convierte en una leyenda a punto de una rebelión.

Me hace recordar además la cinta de Pink Floyd “The Wall” basada en el disco que lleva el mismo nombre, donde el personaje poco a poco, debido a sus circunstancias biográficas, va alejándose de un mundo social que lo tortura.

El Muro en este caso se convierte en un símbolo psicológico que trae consigo la maldad de una sociedad diseñada por la guerra y el acoso escolar cuyo maltrato es una sintonía irónica cuya única salida es su imaginación.

Su imaginación finalmente rompe el muro para poder liberarse de ese abismo y finalmente conseguir la paz. Pero esa paz en este caso podríamos pensar que es un sinónimo de locura.

“The Joker” evoca esa mismo principio y paralelo pero distinto a Pink Floyd, su mundo social es totalmente real y verídico donde el aspecto de la sanidad mental es una encrucijada seria en su vida.

En momentos donde frente a su trabajadora social le indica que jamás ha tenido un segundo de felicidad y que en esencia ella jamás ha notado su presencia ni sus problemas, el personaje se queda absolutamente solo y aislado, sin pertenecer o ser parte de una sociedad cruda y patética.

No es una película para todo el mundo.

Es una cinta que nos lleva por un camino distinto. Nos hace reflexionar y pensar que la mente puede ser nuestro mayor aliado o nuestro peor enemigo.

Nos enseña que no somos dueños de nuestras circunstancias y que el abuso tiene consecuencias sobre todo cuando viene de un ser humano que cruzó ese paraje mental para entrar a un abismo misterioso cuyas nociones reales o irreales están por verse.

Considero, para finalizar que la actuación de Joaquin Phoenix es magistral. Su risa descontrolada, ese baile bajando las escalinatas, su relación y el modo de expresarse hasta su transformación física es un cambio radical que nos muestra la grandeza de la actuación.

Tanto la dirección y la ejecución así como el guión del filme es una obra de arte compleja y profunda. Muchos cuestionamientos se quedan sobre la mesa.

Pero esa es la vida. 

No tenemos todas las respuestas. 

Lo que sí sabemos es que el efecto de la sanidad mental es el concurso de la vida junto a unas circunstancias que nos llevan a profundizar que lo que vemos no es simplemente lo que es. 

La vida es muy compleja y los que piensan que la crianza y el efecto de una sociedad manipuladora, burlona y materialista no ejerce fuerza alguna en el modo en que nos movemos en este universo realmente se equivocan.