Debemos ser justos. Dar la oportunidad.

Licenciado Pedro Pierluisi, Gobernador de Puerto Rico

Ayer como ladrón en la noche, huyó de la mansión ejecutiva un personaje político que grabó uno de los momentos más neurálgicos y oscuros en nuestra vida como pueblo.

Ricardo Rosselló salió de nuestro entorno, me imagino con su familia, escondido dentro de esos carros oscuros y blindados, sin expresarse, sin presentarse y dar cara. Sencillamente desapareció de nuestras vidas dejando un rastro de semanas de incertidumbre y malestar masivo que culminaron con su renuncia.

Luego de semanas intensas en las calles, Puerto Rico necesita recomponerse. Necesitamos un tiempo de sobriedad política y social. Nos hace falta mesura y dejar atrás toda esa lluvia que nos viene de lado a lado incidiendo en teorías conspiradoras y planteamientos intelectuales con respecto a la constitucionalidad.

No podemos seguir en una guerra social, caminando a través de las redes sociales masacrando cualquier atisbo de claridad. 

A pesar que la mayoría de nosotros apenas confiamos en estos políticos, debemos estar claros e intentar detener nuestras pasiones por un segundo y tratar de ser justos.

El Licenciado Pedro Pierluisi no es santo de mi devoción. Pero esa es una apreciación personal. Lo cierto es que este abogado estuvo tres horas y media contestando un interrogatorio sin interrupción en la Cámara de Representantes.

A pesar que en mi caso tal y como el Presidente de la Cámara lo hizo, muy probablemente si me hubiese tocado la oportunidad, le hubiese votado en contra, pero lo cierto es que prevaleció en la totalidad de los votos.

La democracia es así. El que más votos obtiene gana. En ese sentido debemos dar la oportunidad.

Decididamente hay mucho camino que recorrer. Todavía muchos preguntas rodean nuestra conciencia. Sobre todo cuando el gobernador de facto ha sido uno de los abogados de la Junta de Supervisión Fiscal.

Lo que en esencia nos trae toda esa rueda de normas propuestas y cambios en el presupuesto que en definitiva han ido destruyendo nuestra vida como pueblo. Los beneficios adquiridos de los trabajadores, el bono de navidad, las pensiones y otros ondean como una nube que este licenciado va a tener que disipar con sus acciones previo a las elecciones del 2020.

Poco después que se materializara la renuncia del Sr. Rosselló Nevares, el Gobernador ya juramentado convocó una conferencia de prensa en la cual le indicó al cuerpo legislativo que aplazó su comparecencia, que si lo ratifican, continuará en su puesto de gobernador. Si por el contrario, no fuese ratificado, se sale del camino dejando el espacio para que continúe el orden de sucesión establecido para que la Secretaria de Justicia, Sra. Wanda Vázquez asuma el cargo.

Esa expresión, al menos en lo que a mí respecta, me parece razonable y despeja por el momento toda esa marejada idealista de una oposición desorganizada que sencillamente no está en la disposición de dar el espacio.

Otro aspecto que deseo destacar aquí es que el silencio tiende a ser cobarde. La oposición política, en su mayoría se toparon con la sorpresa masiva de un pueblo de pie y combatiente, intentaron montarse en el tren de la rebelión pero a través del tiempo nunca han hecho nada trascendental que no sea la crítica y fomentar un ideario que hoy no tiene pertinencia en Puerto Rico.

Por lo pronto, el Licenciado Pedro Pierluisi tiene la oportunidad histórica de redimirse a un sector del pueblo que no confía en él. Tiene además, un momento único en sus manos para reparar el daño que la Junta de Supervisión Fiscal nos ha hecho y nos sigue haciendo.

Tiene la responsabilidad de establecer puentes de discusión entre distintos sectores y devolverle al cargo del gobernador el sitial que se merece, lejos de los memes y la burla.

Ante el marco histórico en que nos encontramos, el partido en el poder debe buscar la manera de sanar las heridas sociales y económicas. No podemos seguir con una discusión política y partidista que no termina, con esos partidarios de una legión de políticos de línea dura que no nos lleva a ningún lado.

Ante ello, mi posición es que debemos darle la oportunidad. 

Debemos dejar atrás las cosas que nos destruyen y entrar en un momento de sobriedad y pasar la página. Enfocarnos en todo los asuntos que nos competen y que deben ser prioritarios como la salud, pensiones, derechos, oportunidades de empleo y derechos adquiridos. 

Si nada cambia y esto se convierte en aquello que rechazamos habremos de tener nuestra oportunidad ya sea en las calles o en las urnas.

Mientras tanto, como algunos dicen.., mi vino es amargo, pero es mi vino.