¿Cuándo van a comprender el mensaje de nuestro pueblo?

“Puerto Rico ha podido palpar de manera tangible que el poder de gobernanza está en sus manos. El ejercicio público y el poder público, realmente recae absolutamente, todos los días, en las manos de los puertorriqueños. Y yo creo que es la primer vez en nuestra historia donde eso se palpa con una inmediatez, para mí extraordinaria”.

Maite Oronoz Rodríguez, presidenta del Tribunal Supremo

Entrevista —El Nuevo Día, 10 de agosto de 2019 

Hace pocos días la maquinaria del partido en el poder compareció y se presentó públicamente como si fuesen un ejército, listos para ejecutar la recién nombrada al cargo de gobernador, licenciada Wanda Vázquez en virtud de una decisión del Tribunal Supremo en Puerto Rico.

El mensaje de esta maquinaria política fue sin duda decirnos en la cara que estamos a merced de un personal “electo” y como tal, entienden que tienen todo el derecho de dictar las pautas y el orden establecido de gobernanza en Puerto Rico.

¿Cuándo van a comprender el mensaje de este pueblo?

NO lo comprenden. En su psiquis no aceptan el dictamen de un pueblo que culminó con la renuncia del gobernador.

DESGRACIADAMENTE NO LO VAN A ENTENDER.

En mi caso, 12 días fueron suficientes para obligarme a realizar un análisis profundo acerca de mis convicciones y mis postulados políticos. 

Lo que sucedió en Puerto Rico derrumbó muchos preceptos y la cuestión política sobre la ambición, el lucro desmedido y la humillación quedaron al desnudo por nuestro pueblo.

Lo lógico sería aprender de estas cosas. Pero no es así.

Al día de hoy no pueden comprender la conciencia colectiva puertorriqueña que exigió respeto y sacó de sus silla al gobernador electo en 2016, Ricardo Rosselló. Esa sí fue una mayoría.

Es inaudito que estos políticos piensen primero en su partido y cómo preservar sus puestos. Para ellos todo sigue igual. En ellos nada ha cambiado. 

Recientemente el Tribunal Supremo en una opinión unánime estableció que en el orden de sucesión para ocupar el puesto de gobernador le correspondía a la ex Secretaria de Justicia, Licenciada Wanda Vázquez. El mismo día de la decisión, fue juramentada. Ese es el estado de derecho.

Sin embargo, ese acto en particular destapó la verdadera intención de este nutrido grupo de funcionarios “electos” que pretenden gobernar desde la legislatura y las alcaldías.

Aparecieron de pronto ante las cámaras en una súbita conferencia de prensa en medio de unas circunstancias históricas únicas como si fueran inquisidores con el objetivo de ejercer presión y apropiarse de la gobernación con los mismos ataques a la prensa y el mismo lenguaje que nuestro pueblo rechazó en las calles hace poco. 

En una tarima aparecen con una foto símbolo dejándonos saber públicamente que dentro de ese espacio de poder son estrictamente los únicos con el derecho absoluto para operar el gobierno y que la gobernadora de facto tiene que ceñirse o renunciar. 

Pretenden además darle paso a quién ellos quieran en este caso a la Comisionada Residente para que eventualmente tome las riendas de Puerto Rico. 

Si verdaderamente comprendieran el mensaje nacional de nuestro pueblo, deberían concluir primero—que el pueblo puertorriqueño tomó conciencia, exigió respeto y sacó de su silla al gobernador electo en 2016, Ricardo Rosselló, quien renunció al cargo de Gobernador de Puerto Rico el 2 de agosto de 2019 a las 5:00 p.m. 

Segundo—una juventud logró desenmascarar y dejar claro en las calles que no está en disposición de arrodillarse y tolerar la humillación desmedida, el despilfarro y los políticos que se han nutrido a través de años de insuficiencia y egoísmo personal.

Tercero—la salida del gobernador le deja al Partido en el poder un vacío enorme y profundo y un gran desafío. Sus líderes no han podido capitalizar, mucho menos comprender lo que ha sucedido en Puerto Rico. Ante las cámaras se presentan con una supuesta demostración de fuerza sin siquiera imaginar por segundos que todos en Puerto Rico sabemos quiénes son y cuáles son sus verdaderas intensiones. No engañan a nadie.

Cuarto—se presentan ante los micrófonos con ese discurso de línea dura de antaño, intentando ejercer presión para apropiarse de la gobernación mientras atacan a la prensa con el mismo lenguaje que se acaba de rechazar masivamente.

Quinto—para ellos primero que nada es su partido. Segundo, cómo preservar sus puestos y lucir ante las cámaras. En ellos todo sigue igual, nada ha cambiado. 

Sexto—pretenden adjudicarle la revolución de verano a los movimientos y filosofías de izquierda apoyadas por sectores de la prensa. Aquellos que piensen así, tampoco comprenden el mensaje. 

Mientras, una oposición que hasta semanas atrás estuvo ausente, ahora se presenta al campo de juego como paladines del proceso político y reaparecen en las mismas redes sociales con ese discurso retórico de quiénes nunca hicieron nada para defender nuestro espíritu puertorriqueño. 

Defendieron un partido. Una ideología que poco a poco se ha desvanecido en el vacío.

Su ideario, se perdió en la utopía y sus actitudes anquilosadas basadas en una oratoria bonita sin pertinencia en el mundo que vivimos.

Son los mismos que apuestan a la destrucción del partido contrario para montarse nuevamente en las esferas del poder.

Ellos son parte del problema. Ellos lo saben. No traen nada nuevo y mucho menos son agentes de cambio y transformación Puerto Rico.

Del otro lado las candidaturas independientes que en la pasada jornada electoral en Puerto Rico le destruyeron el alma a los partidos tradicionales y de mayoría, hoy tienen mayor preponderancia. 

Siempre y cuando no se acerquen ni remotamente a los estilos de estos políticos acabados que hoy están en entredicho, podrán tener un trecho para llegar o al menos tambalear y quebrar un estado de gobierno bochornoso con un liderato enfocado en todo lo que rechazamos semanas atrás.

Decididamente lo que sucedió en Puerto Rico nos ha cambiado a todos, también a mí. A pesar que no soy la misma y que hoy pienso distinto me siento orgulloso de un pueblo que se puso de pie y que en esencia NO LO VA A DEJAR CAER para desgracia de estos políticos que se creen dueños de nuestro destino.