Abrimos los ojos en la madrugada y los titulares de las noticias van surgiendo de la nada, y el único contexto noticioso en primera plana es COVID-19.
Si no reseñan el virus, son las fotografías o los vídeos en las redes de todo lo relacionado a lo que acontece alrededor de esta enfermedad.
A eso se le suma toda la pesadilla económica que se nos vuelca encima en medio de un sistema de gobierno corrupto e inoperante.
No existe una dependencia de gobierno que funcione como uno esperaría en medio de esta crisis.
Pero esas son las dependencias. Si miramos a la cúpula, donde se desarrollan las decisiones y el modo de operar del sistema, es un verdadero desastre. No hay otra palabra que lo defina.
Mientras comienzan a abrir paulatinamente sin una garantía plena de seguridad, la nube negra de la corrupción y el robo entraron en escena sobre un cuerpo ejecutivo maltrecho, que ha pretendido esconder millones de dólares en compras de pruebas y análisis a empresas extranjeras cuya experiencia en servicios y medidas de esta índole es cero.
La legislatura cobarde, está ausente en medio de la crisis que azota nuestro pueblo. Sus miembros cerraron hace tiempo las puertas de ese sacrosanto recinto toda vez que ninguno de ellos quiere contagiarse.
Ese junte de gente bien vestida, con gabán y corbata, me hacen recordar esa lírica de la famosa canción de Facundo Cabral:
“El diablo es tan correcto como el hambre, perfecto y ordenado como el fraudeA veces tiene panza y si no tiene,Es calvo como todos sus placeres".
Algunos de sus miembros han dado la cara, han luchado por medidas de Ley buscando algún tipo de apoyo o incentivo económico a la fuerza laboral del sector privado siendo derrotadas por abrumadora mayoría.
Aun cuando el gobierno norteamericano ha puesto en las arcas de nuestro sistema de gobierno, miles de millones en ayudas, el sistema ha sido incapaz de distribuir con equidad esos fondos sin mencionar la obsolescencia operacional de las entidades que se supone distribuyan esos bienes.
Pero cuando dejamos de mirar la paja en nuestros propios ojos y decidimos observar lo que sucede en el extranjero, nos encontramos con una presidencia desarticulada y patética en sus expresiones. Sin una noción experta y con una estrategia que lejos de contener el avance de este virus se mantiene distante de la realidad, con la misma retórica verbal que ha dividido la Nación desde 2016.
Según Madison Pauly de Motherjones, ayer en la tarde como de costumbre, el presidente norteamericano hacía alardes en una Conferencia de Prensa en el jardín de las Rosas sobre cómo su gobierno había podido expandir la capacidad para realizar la muestra.
De lo que se desprende en dicha conferencia, estados Unidos completó 9 millones de exámenes con 300 mil pruebas que se realizan diariamente.
En la conferencia, tanto el presidente Trump como el Almirante Brett Giroir, Oficial Administrativo a cargo de dicho esfuerzo, trataron a toda costa pero sin éxito en desestimar los cuestionamientos de los periodistas por lo que el presidente decidió tomar nuevamente la ruta del desprecio a la información y el racismo con disimulo al regresar a esos puntos claves de su retórica al indicar que Estados Unidos ha realizado más pruebas que ningún otro lugar en el mundo.
A base de sus expresiones, enfatizó que per cápita, Estados Unidos realiza hoy por hoy más pruebas que Corea del Sur.
El problema es que distinto a Estados Unidos, Corea del Sur ha realizado esfuerzos extraordinarios para aumentar la realización de las pruebas reduciendo significativamente el brote en contraste con la nación norteamericana que no ha podido igualar o le ha tomado meses en igualar a dicha capacidad.
En la misma conferencia, en la medida en que los periodistas continuaban desafiando las afirmaciones del máximo ejecutivo de la Nación, el presidente se ponía cada vez más irritable y de hecho terminó la Conferencia de Prensa abruptamente.
Cuando Weijia Jiang, corresponsal de CBS News le cuestionó a Trump "¿por qué consideraba que la capacidad de la prueba era una competencia global?".
El presidente Trump le respondió: "tal vez esa es una pregunta que debe hacerla a China. No me preguntes. ¿Por qué no le haces la pregunta a China?”.
Jiang, que es estadounidense de origen chino le preguntó a Trump: "¿por qué le había hecho esa pregunta?", simplemente el presidente la acusó haberle hecho “una pregunta desagradable” y se negó además responderle a Kaitlan Collins, de CNN, al momento en que salió bruscamente del Jardín de las Rosas donde se efectuó la Conferencia.
REMEMBER: Weijia Jiang is the same reporter who alleged a White House staffer used the phrase “Kung Flu” but quickly went silent when she was asked to reveal who it was...https://t.co/cye1pmCIMj— Raheem Kassam 😷 (@RaheemKassam) May 12, 2020
Así las cosas, aun cuando estamos de cierto modo metidos en un estado de sitio aplacados por la información constante con respecto a esta enfermedad, fuera de nuestro territorio hay una esfera presidencial que lejos de establecer estrategias reales para combatir y detener este brote del virus, prefiere refugiarse nuevamente en los ataques verbales ya que para él su proyección e imagen sectaria siguen siendo su modo y su naturaleza ante esta emergencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.