Aun cuando sea artista o de cierto modo la edad me haya atrapado de momento sin darme cuenta, lo cierto es que hay algunos tatuajes extremos y unos piercings en el cuerpo que atentan contra el sentido común.
Podemos hablar de la libertad o lo que constituye el deseo y la expresión. Pero cortarse la lengua para parecer una culebra. Modificar el rostro para transformarse en una calavera viviente es otra cosa.
Francamente trato de comprenderlo y no puedo.
En el deporte vemos esos jugadores con esos tatuajes tremendos que se quedan con el canto. En algunos casos digo Wow!!, coño! Eso se ve brutal!
Pero en otros casos, cuando la cara es parte de esos tatuajes me sorprende y me aterra. No puedo comprenderlo.
Tal vez es una enorme limitación en mi vida. No lo sé. Tal vez soy parte de otra escuela. Otras tradiciones.
No creo haber visto a Tito Trinidad con tatuajes y en un punto fue triple campeón en el boxeo. O a Roberto Clemente con tatuajes.
Pero no quiero que esto se entienda como una crítica o que creo que soy mejor por no entenderlos. No. Es simplemente un acercamiento a una conciencia humana.
Pienso que deberíamos acercarnos cada vez más a lo que tiene que ver con la autoestima. Lo que compone el ser.
Cuando una persona se quita la nariz para parecerse a una calavera o un ser humano que hace todo lo posible por convertirse en un “zombie” viviente, decididamente hay algo que no está bien del todo.
No lo digo porque piense que soy mejor que cualquiera. No lo soy. De hecho fumo desde una edad muy temprana.
A veces culpo a mis padres puesto que ello fumaban. Pero ciertamente la culpa es mía. No es de ellos. Y sé y estoy consciente de todos los problemas que el cigarrillo acarrea en la salud. Por lo cual no soy inocente del todo.
Pero me duele en el alma ver seres humanos que transforman sus cuerpos de tal modo que es hasta surreal.
Claro podemos volver a la antropología y ver esas tribus mancilladas y mutiladas que viven plácidamente en las inmediaciones de las selvas.
Pero esto no se trata de tradiciones ancestrales de seres en el Amazonas. Se trata de seres humanos que por asuntos ya sean sicológicos o quién sabe qué han mutilado sus extremidades de tal modo que dejaron su esencia perdida en algún sitio.
Y no hemos tocado los aspectos que tienen que ver con el piercing en genitales o áreas en el cuerpo tan sensibles o susceptibles.
De la misma manera que el fumar tiene consecuencias serias, este tipo de conducta atraviesa por riesgos severos a la salud como hepatitis, HIV o enfermedades severas en el hígado y el habla.
Infecciones que conducen a malformaciones y cáncer u otras que desembocan fatalmente.
Sí. No soy inocente. Soy fumador. Pero al menos puedo decir que luego de hacer el amor, fumarse un Marlboro en la cama es una de las sensaciones más placenteras.
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