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6/23/2020

¡Una victoria bien merecida!

Foto: Susan Ruggles

Desde que se originó en 2012, el Programa de Acción Diferida para los Llegados a la Infancia; DACA (Prefered Action for Childhood Arrivals) por sus siglas en inglés, 800 jóvenes indocumentados estaban protegidos ante la amenaza de la deportación.

DACA, una iniciativa del ex presidente Barack Obama, le permitió a inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos antes de cumplir los 16 años, que pudieran aplicar para no ser deportados. 

Luego de un cotejo profundo por parte de las autoridades federales, los recipientes de este permiso podían renovarlo por dos años siempre y cuando estuviesen trabajando o estudiando.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (Homeland Security - DHS) por sus siglas en inglés lo puso en vigor a partir de 2012.

La administración del presidente Donald Trump se pronunció en contra de esta de medida social y continuó presionando en las cortes siendo bloqueado en repetidas ocasiones.

Argumentos republicanos de índole racial expresaron desde 2016 que se premiaba la inmigración ilegal y que según ellos la pasada presidencia no tenía el poder para ejecutar una iniciativa social de esta índole mediante orden ejecutiva.

El Departamento de Seguridad Nacional en 2018, comenzó por establecer parámetros para aceptar permisos aprobados por dicha Ley p
oniendo en riesgo a por lo menos 20 mil recipientes de dicho programa, elegibles para renovarse.

Aun cuando intentaran pagar costos y penalidades no serían elegibles para obtener el permiso y así evitar la deportación.

Vale recordar que esta administración le negó rotundamente a inmigrantes haitianos cualquier tipo de elegibilidad. Sin olvidar que el presidente norteamericano se refirió Haití y África como países de mierda.

La administración intentó además consolidar cualquier tipo de medida social parecida haciendo cada vez más restrictivo los procesos con requisitos extremadamente difíciles de cumplir para los inmigrantes que intentaban legalizar su condición provisional en los estados.

En uno de los controvertibles tuits del presidente, este expresó: DACA está muerto.

Celebridades y personas de alto calibre como el Principal Oficial Ejecutivo de Apple, Tim Cook, se expresó consternado en contra de un presidente que insistía en eliminar la política pública de DACA.

En una entrevista con Chris Hayes por la Cadena MSNBC, en aquel momento el propio Tim Cook se manifestó ofendido y consternado por la amenaza a dicho programa por parte del Presidente de la nación norteamericana.

Se manifestó sumamente preocupado por esta ola de expresiones y acciones del Presidente Trump y manifestó todo su apoyo incondicional a los "Dreamers" y recipientes de DACA, quiénes sumaban aproximadamente 250 empleados en Apple.

En conclusión, en los estados totalitarios a través de su historia, la filosofía de clase y superioridad se basa en favorecer una raza.

Disimulado o no, desde el 2016 hemos sido testigos de un discurso inflamatorio que intenta equivocadamente devolverle los Estados Unidos a los norteamericanos. 

Ha querido sacar a los inmigrantes y destruir las Leyes que le han servido bien y han fortalecido a millones de familias que trabajan y estudian en una nación fundada por inmigrantes. 

Esa retórica ha socavado los cimientos de una sociedad que había superado por mucho los preceptos racistas y que vivía sosegadamente hasta que dio inicio esta presidencia.

Sin embargo, el pasado jueves, 18 de junio de 2020, el Tribunal Supremo de Estados Unidos revocó los intentos de esta administración para destruir a DACA.

En una decisión 5 a 4 cuyo voto decisivo fue el del conservador juez presidente John Roberts se destruyó finalmente los intentos de un presidente que desde 2016 ha probado ser racista.

En un marco histórico donde el asesinato de George Floyd ha creado un malestar mundial, este hecho en particular puso en entredicho a un presidente que no condena las aptitudes raciales. 

Aparte de ello poco antes de la decisión de DACA, el Tribunal Supremo validó los derechos civiles de personas y parejas del mismo sexo que viven angustiadas por su condición de género en un cuadro político que los estigmatiza y los discrimina desde la oficialidad más alta en la Casa Blanca.

A todos los recipientes del programa y los soñadores valga mi más sincero aprecio y felicitaciones.
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6/16/2020

Mi primera exhibición de fotos...



—What I'm trying to describe is that it's impossible to get out of your skin into somebody else's.... That somebody else's tragedy is not the same as your own. Diane Arbus 


En la tarde noche del 17 de agosto de 2017 abrió mi exposición individual titulada “Un Puerto Rico Olvidado”

La misma tuvo lugar en la Sala 4 del Museo Las Américas, localizado en el Cuartel Ballajá del Viejo San Juan.

Fue avalada por un Comité del Museo, compuesto por Myrna Rodríguez, Sonia Cabanillas, Vanessa Droz y José A. Pérez Ruiz.

Fue mi primer intento como fotógrafo urbano y una gran oportunidad de expresión a través del lente fotográfico.

La apertura formó parte del proyecto Nocturnos de Museo, una serie de actividades de carácter cultural que se celebró los terceros jueves de cada mes a través de ese periodo.

Con la muestra intenté buscar el desafío que me ha llevado a recorrer durante mucho tiempo los círculos urbanos y callejeros donde la vida es radicalmente distinta a la nuestra. 

Por la naturaleza de nuestra crianza pasamos frente a ellas como si no existieran, las miramos con desdén y menosprecio desde lejos pero están ahí. No se pueden ocultar.

Ya han pasado varios años y no he vuelto a explorar alternativas para volver a exponer mi trabajo.

Y el tiempo ha hecho mella en todos nosotros.
Miramos hacia atrás y precisamente en 2017, Puerto Rico recibió el azote de un huracán del cual aun hoy no nos hemos recuperado.

Poco después, cuando regresábamos a una vida más o menos normal, la parte sur de la Isla recibió incesantemente unos temblores y terremotos que al día de hoy mantienen a miles de familias sin hogar.

Sin pensar que en la actualidad llevamos meses de encierro por las circunstancias del COVID-19.

Pero dentro de todas esas circunstancias tan devastadoras hay algo que sigue su curso y se mantiene en pie como un estandarte de vida y reflexión. No todo es negativo.

Todavía estamos vivos y eso es maravilloso.

Como artista, a pesar que vida se ha transformado de la noche a la mañana, el espíritu creador sigue intacto. Tal vez con más fuerzas que nunca.

He aprendido que exhibir para mí no se trata de reconocimiento, premios o ventas. 

Se trata más de mi conciencia. De expresar libremente mi visión, el modo y mi perspectiva de las cosas, las expresiones y lo que me rodea.

Este tiempo me ha ayudado a valorar el trabajo de otros. De ver otros estilos y maneras de expresión.

En momentos en donde todo se recrudece en Estados Unidos, he visto fotógrafos de noticias en medio de circunstancias casi de guerra pero se mantienen ahí, destacados y con sus cámaras listas.

Sus fotografías exceden muchas veces lo que es una mera imagen de periódicos para transformarse en una pieza dramática de arte.

Ha sido un tiempo en el cual he aprendido a valorarme y valorar a otros.

En momentos en que he tenido que trabajar desde mi hogar, he aprendido además a valorar mi empleo que es mi sustento.

Aun cuando hacerlo a veces resulta muy difícil, me he podido liberar de todas esas restricciones mentales que muchas veces nos limitan y aceptar la tecnología como una jornada imposible de descartar y rechazar en estos días.

En esos términos he crecido un poquito más como ser humano.

Poco a poco he intentado hacer de las fotos algo más que una presentación monótona y transformarla en mi presencia y el pensamiento de las imágenes tal y como las veo.

En ese sentido les dejo la idea que escribí y expresé en el vídeo de cada una las imágenes a ver qué les parece.

La soledad, los tríos y la bohemia en las barras,
El cocinero de la Hacienda que desapareció para siempre,
Los tatuajes de una juventud que apenas comprendemos,
La mujer que nos pido a la orilla del barrio,
Las drogas a mansalva que matan a cualquiera,
La trágica experiencia de perder un ser amado,
O el parque Barbosa en Santurce 
con el único plato decente del día,
El atuendo y la sonrisa de alguien que nos posa,
Y el hombre que su casa es cualquier esquina.


Nunca antes había intentado hacer algo así.

Para finalizar, como siempre les digo, no pierdan la fe y la esperanza. Cuídense, no tomen riesgos innecesarios. Den gracias y mantengan una actitud positiva.
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6/05/2020

La fotografía me ayuda a ser mejor cada día...



Ver de cerca lugares donde se vive la desigualdad y la indigencia, me hace pensar que nos falta mucho como pueblo. 

De la misma forma, haber sido participe de los hechos que transformaron nuestra historia, me enorgullece.

Eso es lo increíble de la fotografía. En momentos estamos en el centro de algo que sabemos es transformador y emocionante.

La fotografía me permite entrar directamente en escenarios que a veces son tétricos y lejos de esperanza, plagados de pestilencia o la locura de una sociedad aislada en medio de un mundo que camina en otra dirección.

Trato de comprenderlo, pero la única manera de hacerlo es estar ahí y hablar con la gente.

Gente que lucha incesantemente. Gente que no se quita. 

En fin, la fotografía es una jornada. Una filosofía de vida que me ayuda a profundizar sobre mi vida, mis calles y mi pueblo.

Ese es el sentido que me lleva a hacer lo que hago.

Esa interacción es la que amo. Es la que me ayuda a estar en sintonía con mi gente y mi mundo que es Puerto Rico. 

Cada día aprendo que mis problemas no son únicos. Y comprendo que mi universo con o sin penurias, apenas lo comienzo a entender.

A pesar que todo ha cambiado, trato de encontrar los momentos para volver a recapitular esas imágenes y vivencias en donde la fotografía me ayudó a comprender profundamente la sociedad donde vivo.

No he salido en meses que no sea para asuntos estrictamente personales y por escasos momentos.

A veces me desespero pero comprendo la gravedad de las circunstancias y las consecuencias sobre una persona como yo, que tiene 58 años y es fumador.

Pero a pesar de todo, cuando examino dichas imágenes encuentro un sentido diferente. Me coloco mentalmente en la escena y recreo esos instantes.

Es difícil imaginar que todo vuelva a la normalidad.

Lo que nos ha pasado aquí en Puerto Rico al igual que al mundo entero, ha colapsado nuestra vida y nuestra libertad.

Aun cuando escasas, salgo en circunstancias excepcionales, con mascarillas. Con guantes. Con esa preocupación que nos sobrecoge y nos mantiene en estado de alerta todo el tiempo.

Esa es una nueva norma. Jamás en mi vida pensé estar viviendo algo semejante. Tal vez ninguno de nosotros.

A eso le sumamos que el periódico El Nuevo Día, en su portada digital indica que el Departamento de Salud de Puerto Rico reportó, 112 casos nuevos de COVID-19 basados en pruebas moleculares y serológicas, lo que aumenta la cifra al día de hoy a 4,620.

En momentos en que el gobierno parece ceder a la presión privada para que el pueblo regrese a su vida tradicional, las cifras y los índices de positivos van en aumento en contraposición a los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud para que el retorno sea menos peligroso.

La falta de empuje de un gobierno en el poder seducido por garantías políticas y posiblemente acuerdos privados de campañas habrán de ser responsables en su día si una segunda ola nos arropa y nos vuelve a tirar a una cuarentena mucho peor que la que hemos vivido.

Sin habernos recuperado tras el paso del huracán María, los temblores y terremotos, pretender que todo se encamina a esa normalidad es irresponsable y pone en juego las medidas que otros Países han establecido con éxito.

A eso le añadimos que precisamente estos políticos que ostentan estos cargos de estado pretenden hacernos ver la relación amistosa con una administración presidencial que la mayoría de nuestro pueblo rechaza.

Pero eso es harina de otro costal.

En estos momentos y bajo estas circunstancias el único aliciente es como les expresé en los primeros párrafos: reencontrarme con las cosas que más quiero, disfruto y añoro.

A pesar que distinto a otras veces cuando ya no estaré dentro de un carro público, una guagua, autobús o tren urbano por decirlo así, con mi equipo fotográfico buscando esas calles, recobrar esos instantes de vida alivian mi espíritu.

Me ayudan a pensar que de nuevo, en algún punto podré volver a transitar esos espacios sociales, esta vez con mayor libertad que antes.

Aprenderé a valorar cada instante y dar gracias por estar vivo y por la esperanza de pensar que seguimos adelante con nuestras fallas, nuestras problemas pero mucho más fuertes y conscientes que al otro lado del túnel hay una luz que nos ilumina. 

6/01/2020

La violencia no es la respuesta

Foto: Lorie ShaullA man stands on a burned out car on Thursday morning
as fires burn behind him in the Lake St area of Minneapolis, Minnesota

Condenamos la muerte de George Floyd a manos de un policía en el estado de Minneapolis. Es inconcebible que todavía en esta era, miembros del cuerpo policiaco utilicen tácticas de detención que provocan y atentan a la vida humana y los derechos civiles por los cuales se luchó tanto en el pasado.

Es trágico que oficiales que se supone sean ejemplo y mantengan el orden social sean partícipes de actos de un menosprecio a la vida por razón de raza, color, religión, origen y nacionalidad como lo que hemos visto recientemente.

Dicho eso, les expreso que no soy partidario de la guerra y mucho menos de la violencia desmedida e irracional.

No creo en las armas de fuego, rifles de asalto, revólveres, pistolas o cualquier artefacto que esté diseñado para privar de la vida a otro ser humano.

Estoy plenamente convencido que la respuesta a la injusticia social, discriminación racial, maltrato, agresión o asesinatos no puede ser la violencia desmedida, el caos y la destrucción de la propiedad.

Cualesquiera que sean las circunstancias, el derecho a protestar no presupone impunidad para cometer actos destructivos de vandalismo que pongan en riesgo la vida en común.

De la misma forma debemos aceptar que el asesinato de George Floyd ha encendido una furia colectiva difícil de contener.  

Ha desencadenado protestas en numerosos estados siendo un detonante social para el mundo entero sobre el abuso del poder, el racismo y la discriminación.

Sin embargo, aun cuando tenemos serias reservas sobre el sistema judicial, debemos dar la oportunidad para que la Ley y el Orden puedan prevalecer y encausar a estos asesinos racistas que se esconden detrás de un uniforme policial.

Si eso no es suficiente, deberíamos mirar atrás y comprender los precedentes históricos. 

Conocer sobre la verdadera transformación sobre un esquema político abusivo y opresor. Lo cual debería darse dentro de movimientos cuya plataforma filosófica rechace la violencia como método de lucha.

Pero para que exista dicho movimiento tiene que haber una voz. Un solo propósito.

Una voz con un lenguaje ordenado, capaz de agrupar y contener el desafío de una sociedad fragmentada y dividida por la desigualdad.

Ofendida por la brutalidad física perpetrada por la oficialidad y evidente en los pasados días.

Angustiada por el acoso verbal que nace de una administración que utiliza la violencia y la discriminación racial como parte de su plataforma política.

Mi intensión no es minimizar los hechos. El asesinato perpetrado el lunes pasado por un oficial de la fuerza policiaca de Minneapolis en contra de un hombre negro fue injustificable, cruel e inusitado. 

Sumado además a un perfil policiaco que en distintos estados de la nación, el abuso y la brutalidad del sistema ha cobrado la vida inocente de varios ciudadanos.

Derek Chauvin, oficial de la policía de Minneapolis, mantuvo a George Floyd inmóvil, presionándole el cuello con su rodilla por espacio de 8 minutos y 46 segundos según informes sobre el incidente.

Para sorpresa de todos, el médico examinador indicó que no había signos de estrangulamiento y asfixia pero que dada las circunstancias médicas de Floyd en conjunto con la acción del policía ocasionaron su muerte.

Debo admitir que cuando escuché las expresiones de esa conclusión forense, se me parecieron al coro de la canción de Rubén Blades “Plantación Adentro” donde dice:

“El médico de turno dijo así: muerte por causa natural, claro si después de una tunda ‘e palos,  que te mueras es normal”

La muerte de George Floyd, vista por millones de personas a través de un vídeo en las redes sociales, ha convulsionado sin duda al mundo entero. No tan solo a Estados Unidos.

Este hecho ha desencadenado una conmoción nacional que no se ha visto en décadas en Estados Unidos.

Máxime cuando las expresiones oficiales del presidente han incendiado la sensibilidad de cientos de miles de seres humanos que se han solidarizado en contra de la crueldad policiaca en general.

La indignación colectiva ha visto con asombro además un ataque directo a la prensa, periodistas, medios de comunicación y plataformas en las redes sociales que han sido valientes al desenmascarar la filosofía racista del principal ejecutivo en la Casa Blanca. 

Periodistas han sido arrestados junto a camarógrafos, atacados por policías y amedrentados en medio de reportajes en vivo en medio de los disturbios.

Plataformas en las redes sociales como twitter han levantado la voz de alarma y han sujetado expresiones hechas por el propio presidente con alertas de seguridad toda vez que socavan e incitan la violencia.

Lo cual es inaudito viniendo precisamente de la Oficina Oval.

Desde el inicio de la presidencia de este ser humano, sus planteamientos públicos han estados vinculados directa y estrechamente a nociones racistas y discriminatorias.

Pero si bien es cierto que esta tragedia humana trae consigo todo el drama humano que se propaga por una filosofía supremacista, las consecuencias de una violencia generalizada que incide en el caos y la destrucción podrían ser graves.

Históricamente, cuando George Wallace vociferaba ese mismo discurso racial en el estado de Alabama, había nacido un movimiento completo que además de instar a la no violencia luchaba por los derechos civiles.

Podrán hablar de “Black Lives Matters” y estamos cien por ciento de acuerdo, pero ante la ausencia de un liderato que pueda contener esta angustia masiva en contra de asesinos con uniformes, no va pasar nada más allá de acusaciones y delitos contra quiénes han destruido la propiedad y han ocasionado daños sociales irreparables.

Y eso es precisamente lo quiere este presidente. De eso se alimenta.

Agradezco a Lorie Shaull por permitirme el uso de una fotografía tan impresionante. Les invito a que accedan su galería: https://www.flickr.com/photos/number7cloud/albums/72157714470339162


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Un comentario desafortunado

    Para el comediante Tony Hinchcliffe, Puerto Rico es “literalmente una isla flotante de basura en medio del océano”. Estas expresiones se...